Por
mucho que insistamos en decir que la economía de la provincia es piedra,
turismo y agricultura, esta última actividad es la que tiene un peso específico
más amplio que ha permitido a los almerienses evolucionar mucho desde la década
de los Setenta del siglo pasado hasta hoy.
El
Ejido cuenta con el cincuenta por ciento de la agricultura de la provincia y es
por ello que su aportación a las fuentes económicas de Almería es de una
importancia mayúscula. Ahora bien, parece que ese protagonismo no quiere ser
entendido y vemos en el plano político cómo formaciones de primer orden
ningunean constantemente a sus representantes en este municipio intentando
usarlos como peones de objetivos marcados desde la dirección asentada en la
capital. No considero que los militantes políticos ejidenses deban mandar en el
resto de la provincia, ni mucho menos, pero tampoco creo que estén para recibir
órdenes constantemente con el único objetivo de mejorar la posición de aquellos
dirigentes que se asientan en la capital en destinos tan deseados como la
Diputación Provincial, por ejemplo.
Esta
reflexión viene al caso porque, de vez en cuando, alguna agrupación local
estalla por los aires tras intentar imponerse decisiones basadas en criterios
desarrollados muy lejos de El Ejido. Luego las consecuencias son las que son y
mirando hacia atrás encontramos 30 años continuados de fracasos políticos, ni
más ni menos, de alguna de estas formaciones.
Por
otra parte, y más en el plano local, no
termino de entender aquellos que quieren hacer carrera a costa de sus
compañeros admitiendo las indicaciones de la capital, no para ganar confianza
entre los vecinos y sí para poder optar a un puesto en la cúpula del partido
que les aleje de ese provincialismo escondido apenas les permite optar a un
puesto de concejal en un pueblo del extrarradio de la capital. Sí, lo explico
más llanamente: si haces lo que te dicen desde Almería, tienes muchas
posibilidades de progresar dentro del partido y llegar a puestos no tan
locales.
Así
las cosas, algunos iluminados de la política deberían considerar su falta de
respeto a ese representante local que sabe lo que sus vecinos quieren y
necesitan. Posiblemente sea la persona más indicada para ofrecer a sus
conciudadanos alternativas políticas y no un señor que desde la capital lanza
propuestas que solo persiguen objetivos que nada tienen que ver con los de las
agrupaciones locales y tienen mucho que ver consigo mismo.
El
respeto en política es fundamental, quien sabe respetar, sabe escuchar, saber
lo que quieren los demás es fundamental para proponer soluciones que luego son
votadas y los votos son el éxito o el fracaso.
A
alguna de estas formaciones políticas no le iría mal reconocer el verdadero
papel de El Ejido dentro de la estructura provincial, no solo en el plano
político, sino también en el económico y en el social, el día que lo hagan lo
mismo cambian el rumbo iniciado hace treinta años hacia el fracaso constante y
permanente.
José Antonio Gutiérrez