Las primeras chumberas afectadas por esta destructiva plaga de cochinilla en España fueron las de la vecina Región de Murcia, en el año 2007. Las primeras chumberas afectadas en la provincia de Almería se registraron siete años después, en 2014. Desde entonces, no hay una comarca en la que no se haya diezmado el número de chumberas por esta plaga. La cochinilla de las chumberas, conocida como cochinilla algodonosa, procede de América Central y es comúnmente utilizada para la extracción del colorante E120, que le da el característico color rojizo a múltiples alimentos.
Los propietarios de chumberas que encuentren algunas 'pencas' o 'paletas' con cochinilla tienen dos opciones, por un lado lavarlas, si la plaga se encuentra en un momento incipiente, o cortarlas y enterrarlas, en el caso de que se haya extendido la cochinilla. Las chumberas, al igual que las pitas, pese a que son muy identificativas de la provincia, no son plantas autóctonas.
Respuesta de la consejera de Agricultura
Carmen Ortiz ha informado que la Junta de Andalucía ha asesorado a aquellos particulares y ayuntamientos que lo han solicitado, a través de las Delegaciones territoriales, de las medidas a tomar para disminuir los daños ocasionados por la plaga de la cochinilla que afecta a las chumberas. Durante comisión parlamentaria, Ortiz ha recordado que se trata de una especie exótica, que figura como tal en el 'Catálogo español de especies exóticas invasoras', por lo que las administraciones "no podemos tomar ninguna medida para su protección o fomento, más allá del asesoramiento que nos solicitan los interesados".
Según la normativa de sanidad vegetal, al no ser una plaga de cuarentena (que afecte a la salud pública o a otros cultivos) ni de una plaga regulada por la Unión Europea, su existencia no implica obligaciones de erradicación o eliminación. "Se trata de una plaga a controlar por parte de los agricultores o titulares, responsables de la vigilancia y control", ha subrayado Ortiz.
En este sentido, ha aclarado que no existe ningún producto fitosanitario autorizado en España para su uso contra la cochinilla en la chumbera, por lo que el control se debe hacer con prácticas culturales como la destrucción de las hojas (o palas) afectadas para evitar la propagación, o la limpieza con jabón potásico de las colonias, en las fases iniciales de la afección.
La consejera, que ha resaltado la utilidad de las chumberas como setos vivos, refugio para la fauna y la biodiversidad, además de su aprovechamiento económico, ha informado que desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio se trabaja con la Asociación Valor Ecológico (Ecovalia) y con las organizaciones profesionales agrarias en la sustitución de chumberas por setos y linderos con plantas autóctonas, e incluso aportando plantas procedentes de los viveros forestales de la Junta de Andalucía.
Rafa Villegas