“Soy dos años y medio mayor que mi marido pero nos hemos puesto viejos a la par”

“Soy dos años y medio mayor que mi marido pero nos hemos puesto viejos a la par”

Esta semana D-Cerca ha entrevistado a Francisca Bonachera Pérez, jubilada que dedicó su vida a la agricultura y a cuidar de sus dos hijas en una época muy diferente a la que vivimos hoy.
Pregunta. - ¿Dónde ha trabajado usted? 
Respuesta. - Mi trabajo siempre ha sido en el campo. No me gustaba mucho, pero tenía que hacerlo para dar de comer a mis hijas. Mi madre se quedaba cuidando de ellas mientras yo estaba en el campo ayudando a mi marido que estaba delicado de salud y necesitaba mi ayuda. Además, yo me encargaba de todo lo relacionado con la casa, la limpiaba, la pintaba... de hecho he pintado hasta los techos. Me subía en una escalera altísima para poder llegar. 
 
P. - ¿Por qué cree que hoy en día la gente prefiere trabajar en cualquier cosa antes que en el campo? 
R. - Ahora la gente prefiere otros trabajos porque llevan otra vida. Antes, todo era más difícil y te sacrificabas más. En cambio, ahora buscan un trabajo donde no tengan que esforzarse mucho ya que la juventud puede permitirse no trabajar y quedarse más tiempo con los padres.  
 
P. - ¿Tenía tiempo para usted? 
R. - Cuando llegaba de trabajar tenía que hacer las tareas de casa. Iba a un aljibe, cerca de mi casa, y sacaba calderos de agua. Con eso lavaba la ropa al llegar del campo. Siempre estaba ocupada. 
 
P. - Después de vivir esa época, ¿Cómo le facilitó la vida tener, por ejemplo, una lavadora? 
R. - Con la lavadora gané mucho tiempo, todo el que perdía yendo a las acequias y frotando la ropa se recuperaba. Y hacía mucho menos esfuerzo, no tenía que ir cargada con el barreño de ropa, con las sábanas o con los calderos de agua
 
P. - ¿Le gusta cómo es la vida ahora? 
R. - La verdad que sí vivimos bien. Me falta tener la agilidad con la que contaba en mi juventud. Aunque tengo algunos achaques me encanta salir. Antes me encantaba ir a bailar, pero a mi marido no, aunque siempre conseguía conformarlo y al final salíamos.  
 
P. - ¿Se casó joven? 
R. - Tenía 26 años y mi marido 24, soy dos años y medio mayor que él, pero nos hemos puesto viejos al a la par. Los dos tenemos la carrera hecha. Siempre nos hemos llevado bien, mi marido no ha sido un hombre de alterarse mucho, siempre ha sido muy tranquilo. Tenía unos pensamientos muy antiguos, no le gustaba bailar, cuando salía tenía que bailar con mis amigas. 
 
P. - ¿Tenía alguna hermana para salir con ella de bailes? 
R. -  Tengo dos hermanos y una hermana. Uno de mis hermanos murió hace cuatro años. A mi hermana le gustaba salir menos que a mí. De hecho, no le gustaba nada, a ella le daba igual salir o quedarse en casa. Cuando iba a bailar era con mi marido y mis amigas.  

P. - ¿Qué aficiones tiene? 
R. - Siempre que puedo me gusta ir a pasear, pero la columna me duele mucho y no puedo caminar durante mucho rato. Y coser me gusta mucho también, cuando no puedo coser de día coso de noche. Siempre tengo el canasto conmigo. Me levanto por las mañanas, me ducho, me arreglo y siempre invento algo para coser.  

P. - ¿Nota el paso de los años? 
R. - Los años se notan, no tengo la misma agilidad que antes, pero, por ejemplo, la vista la tengo muy bien. Me coso el dobladillo de la falda, hago manteles y todo lo que se me ocurra hacer con un hilo y una aguja. Si no fuese por los esfuerzos que hice antiguamente que me están pasando factura ahora estaría genial. Me pongo nerviosa cuando no puedo salir y me tengo que quedar en casa, me gustaría hacer más de lo que hago. 
 
P. - ¿Tiene usted hijos?  
R. - Tengo dos hijas. La primera la tuve en mi casa, cuando llego mi madre para ayudarme la niña ya estaba casi naciendo. Llamaron a una señora mayor que ayudaba a las mujeres en los partos, pero yo estaba muy asustada. Y la pequeña también la tuve en casa, pero con la ayuda de un médico de Berja. Lo pasé muy mal en el parto. Me senté en una silla con las piernas hacia arriba y así nació mi hija pequeña. Después de tenerlas si las he criado bien.
  
P. - ¿Te gusta viajar? 
R. - Sí, me gusta viajar mucho pero ya estoy mayor. Mi marido y yo vamos a Málaga de vez en cuando a visitar a nuestros nietos y bisnietos. Hablamos con ellos todos los días por teléfono.  
 
P. - ¿Qué pediría para los próximos años? 
R. - Vivir tranquilos los años que nos quedan, sin problemas ni que ocurra nada malo. Lo que Dios quiera. De joven pasé mucho con mi marido enfermo y ahora nos gustaría disfrutar, pero ya tenemos los años encimas y contamos cada uno que pasa.  
 
P. -  Vive muy cerca de la playa, ¿Le gusta ir? 
R. - Me encanta la playa, en verano voy muy a menudo. Pero no puedo tomar mucho el sol, así que me pongo un sombrero y voy con mi hija y mis nietos.