En esta ocasión, le ha tocado el turno a la Carretera de Iryda-Sector IV, concretamente el tramo que transcurre entre Tarambana y Rebeque, un trazado consolidado y establecido en el Plan General de Ordenación Urbana como de Nivel 3 ya que por ella circula a diario un denso volumen de tráfico. De ahí, la urgencia de que sea sometida a una reforma integral, gracias a la que se mejorará la seguridad vial y se reforzará el firme de la misma.
El alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, ha remarcado que "se trata de una remodelación muy necesaria de cara a garantizar el tránsito seguro por una carretera que da servicio a un importante volumen de fincas y que, además, constituía una demanda por todos los usuarios". A este respecto, el primer edil ejidense ha precisado que "contamos con la red de caminos rurales más importantes de Andalucía, que además desempeña una función vital para el desarrollo de nuestro sistema productivo. Es por ello que se hace preciso trabajar desde todas las Administraciones para seguir poniendo en valor nuestra agricultura". Es por ello, como bien ha explicado, que "desde el gobierno local venimos haciendo un gran esfuerzo inversor tanto a través de medios propios como mediante la solicitud subvenciones y ayudas a otros organismos".
La última Junta de Gobierno Local ha aprobado recientemente el proyecto de esta destacada actuación, así como el inicio del expediente de contratación de los trabajos correspondientes a la misma y cuya inversión, cien por cien municipal, asciende a 230.000 euros. El plazo de ejecución de las obras será de dos meses y contemplará tres actuaciones que supondrán la reparación estructural del pavimento, la reposición de la señalización, balización y las marcas viales. Asimismo, se ejecutarán obras de drenaje con el fin de dar un mejor servicio a las explotaciones agrarias colindantes.
La primera fase consistirá en la reconstrucción del firme en el tramo que se sitúa desde la carretera de Diputación la AL-4302 hasta el camino del Aljibe Calajo en Rebeque. Para ello, se empleará una mezcla bituminosa en caliente sobre la capa actual de rodadura, llevando consigo una mejora de la seguridad vial.
En el segundo paso se abordará la reposición del muro y la estabilización del talud que conforma la obra de drenaje formada por un muro de contención que se encuentra colapsado y en el que se producen desprendimientos de material procedente de la pripia carretera.
La obra finalizará con la adecuación del drenaje que vendrá a ofrecer una solución a los problemas de acumulación de agua debido al importante desnivel que la carretera presenta en uno de sus tramos a causa de la existencia de una cuneta situada a una cota inferior de la rasante hormigonada. Para ello se construirá una barrera de seguridad que vendrá a solventar las desavenencias actuales.
Por último, Góngora ha indicado que “con este tipo de actuaciones se va a mejorar la circulación por nuestra red rural, ganando en seguridad, accesibilidad y tránsito; al tiempo que se confiere a nuestro campo una imagen del campo más estructurada y bien desarrollada”.