"Me encanta jugar al pádel, sin este deporte mi vida no sería igual"


Esta semana D-Cerca ha hablado con Miguel Tito, un habitante de Las Norias de Daza al que a sus 80 años le apasiona jugar al pádel. En esta entrevista cuenta su historia y anécdotas.
Pregunta. - ¿De dónde es usted?
Respuesta.-Nací en un pueblo de Córdoba, Aguilar de la Frontera, y con 10 años me vine a El Ejido buscándome la vida. Aquí conocí a mi mujer, trabajando en el campo. Ella no era de aquí y tenía pareja, de hecho se iba a casar con él, pero se fijó en mí. Al año siguiente fui a buscarla para que trabajase con nosotros, ella solo pasaba aquí un mes, y ese tiempo nos lo tiramos como novios, después nos casamos. Ella me decía que primero quería volver a casa, dejar a su novio y después casarse conmigo, pero no quería perderla así que me casé con ella lo más rápido que pude.

P.-¿Ha trabajado toda su vida en el campo?
R.-No, me he dedicado a otras cosas. Durante siete años fui pescadero, después fui albañil, estuve trabajando en las torres que echaron abajo de las Entinas, fui oficial. Después, me mudé a Alemania, donde viví tres años y medio. Los dos primeros estuve solo y lo pasé realmente mal sin saber el idioma pero los últimos ocho meses se vino conmigo mi señora con nuestros hijos. Con el dinero que ahorré en Alemania y gracias a la tierra que me dio Franco, compré una finca aquí, en Las Norias, y así salimos adelante mi familia y yo.

P.-¿A qué le hubiese gustado dedicarse?
R. - Si hubiese podido habría hecho una carrera universitaria, pero en aquellos tiempos era muy difícil poder estudiar. Con 10 años ya estaba trabajando.

P. - ¿Tiene alguna anécdota de su etapa en Alemania?
R. - Un domingo mis compañeros se fueron de cacería y se liaron de fiesta por ahí. Para ir a trabajar, tenía que andar tres kilómetros diarios, nevara o lloviese, no podía faltar al trabajo a no ser que estuviese malo. Se ve que esa mañana, los alemanes dejaron los perros sueltos y cuando iba hacia el trabajo, ya estaba llegando a la fábrica, se tiraron tres o cuatro perros a por mí, a ladrarme, yo no sabía alemán así que no podía pedir ayuda. La suerte que tuve fue que pasaba un hombre con una moto y los perros se tiraron a él y, así, me pude escapar.

P. - ¿Le costó adaptarse a la vida de jubilado después de estar trabajando desde los 10 años?
R. -No me costó adaptarme porque no he parado desde que me jubilé. Mi señora es tres años menor que yo, seguía trabajando en la tierra y yo estuve con ella hasta que se jubiló. Me gustaba mucho el trabajo.

P. -Ahora ¿a qué dedica su tiempo libre?
R.- Mi pasatiempo es el pádel, sin este deporte, me quitan la vida. Empecé a jugar en Almerimar, uno de mis hijos me compró una raqueta y así me inicié en este deporte. Comecé a engancharme en este deporte con 74 años y mi hija un día me propuso que diese unas clases, si le hubiese hecho caso, sería uno de los mejores jugadores del equipo que tenemos.

P.-¿Cómo se llama el equipo?
R.-El club tiene como nombre mi apellido, es la Liga Tito. Todos los que integran el equipo tienen unos 20 años menos que yo. Vino incluso la televisión de Almería y me hicieron un homenaje que nunca olvidaré.

P.- A sus 80 años, ¿continúa jugando al pádel?
R.- No sé qué haría sin ese deporte. Todos los años hacemos la entrega de trofeos. Nos tiramos cinco meses de competición. El año pasado conseguí dos y este año otra vez he ganado dos. Cuando son días especiales, por ejemplo carnaval, jugamos el torneo disfrazados. En el club hay gente de toda la provincia de Almería, no solo de El Ejido, por ejemplo de la capital. Jugamos contra Vícar, Adra y los municipios de la zona. Este año mis hijas han sido las campeonas.

P.-¿Juega con mucha frecuencia?
R.- Ahora juego tres veces por semana. Antes jugaba hasta cinco veces, pero ya la edad se nota. Además hacemos muchas competiciones, el año pasado me jugué la copa en segunda categoría y este en tercera, he quedado el primero. En Roquetas también me hicieron un homenaje. Me dieron una camiseta y un trofeo. El pádel me hace vivir muy buenos momentos.

P.-¿Le gusta otro deporte además del pádel?
R.- Me gusta un poco el fútbol, pero con lo que más disfruto es con que un equipo pequeño le gane al Real Madrid o al Barcelona. Pero no practico este deporte.

P.-¿Nota mucho la diferencia de los tiempos de antes a los de ahora?
R.- Te voy a hacer una comparación, es como antes la diferencia entre el pobre y el rico. El rico era rico y el pobre las pasaba canutas. Ahora si trabajas tienes una vida y si tienes “una paguilla” también se vive a gusto.

P. - ¿Le gustaba salir mucho cuando era joven?
R.- Me encantaba salir de bailes. Cuando iba a la sierra salíamos cuando se ponía el sol y no llegábamos a casa hasta que se hacía de día. Pero a mi mujer no le ha gustado nunca salir. Ahora que estamos jubilados tenemos el club al lado de casa, pero no vamos nunca porque ella prefiere la tranquilidad de estar en casa.

P. - ¿Le gusta más la vida que se tenía antes cuando se era joven o la de ahora?
R. - La verdad que ni tanto ni tan poco. En el año 72, cuando llegué a Alemania, había democracia y, eso, sí era democracia. Pero cuando entró aquí, fue más una desgracia que democracia. La juventud cogió aquello y se desmadró. Y en cuanto al trabajo, creo que son ellos los que no ponen nada de su parte por encontrar algo. Si tienes comida, un techo donde dormir y si te hacen faltan cinco euros te los dan, ¿Para qué vas a matarte a trabajar? Habrá jóvenes que sí tengan fe por trabajar pero muchos prefieren vivir de sus padres. Antes podías poner horarios a los niños, hoy en día vuelven a casa cuando ellos quieren, han perdido el respeto por sus mayores y es una situación que va a ser difícil de cambiar.