"Las chicas más guapas siempre querían bailar conmigo porque era muy buen bailarín"


Esta semana D-Cerca ha entrevistado a Fernando Amat, quien nos ha contado su historia y algunas anécdotas de su juventud
Pregunta. - ¿Empezó a trabajar muy joven?
Respuesta. - Nací en los años más difíciles de la historia, en 1945, en Rubite, Granada. Desde pequeño he tenido que trabajar, ya que mi padre murió el mismo año que nací. Vine al mundo el 9 de mayo del 45 y mi padre falleció el 29 de noviembre, yo solo tenía 6 meses. Mi madre se quedó viuda a cargo de cinco hijos, en una época difícil en la que había que ir a por agua a la fuente. Por eso llevo trabajando desde muy niño, con 10 años me iba a Carchuna, una temporada a la berza y otra a la almendra. Con 17 años me fui a trabajar al norte, en la construcción, cambiado traviesas de madera a hormigón, en la línea de Miranda del Ebro a Bilbao, allí pasé mucha hambre, ganaba 102 pesetas. Como aquello no me gustaba, porque solo había barracones y lo que ganaba lo gastaba en comprarme comida, estuve solo un mes y me fui a Rentería para seguir trabajando en la construcción. También he estado trabajando en Francia, con 19 años, estuve allí 7 meses y trabajaba hasta 14 horas. Después de esto decidí venirme aquí y comprar una fanega de tierra, sin invernar, y ya me quedé.

P. - De los trabajos que ha desempeñado a lo largo de su vida, ¿con cuál se queda?
R. - Me encanta la agricultura, ya que he trabajado por mi cuenta y prefiero eso. A mis cuatro hijos les ha gustado también el trabajo en el campo. Mi hijo mayor podría haber sido lo que hubiese querido porque tenía ‘mucha cabeza’ para los estudios, pero le encanta la agricultura y a eso se dedica, y sus hermanos también.

P. - ¿Le gustaba la vida en Francia?
R. -Me encantaba Francia porque ganaba dinero, me tuve que ir de España porque no había nada.

P.- Ha trabajado en muchas ciudades e incluso en otro país, ¿alguna vez tuvo algún problema?
R. - Recuerdo que en uno de mis viajes, cuando tenía 17 años, la policía secreta del tren quiso mandarme de vuelta a casa cuando iba camino al norte por no tener consentimiento paterno, pero al final un hombre se hizo responsable de hacerse cargo de mí.

P. -¿Nota mucha diferencia de cómo se vivía antes a cómo se vive ahora?

R. - Muchísima, antes se pasaban muchas dificultades y la vida era muy dura, había veces que no podíamos ni comprar pescado por tener que hacer frente a otros pagos. En cambio, la vida de hoy es la gloria, sobre todo después de haber pasado muchas penurias, no nos hace falta mucho para ser felices.

P. -¿Qué le parece la forma de vivir que tiene la gente joven?
R. - Recuerdo que cuando nosotros salíamos lo hacíamos sin un duro y lo pasábamos ‘bomba’; ahora cada vez que salen tienen que tener el cubata en la mano, tanto hombres como mujeres, están bailando y con el vaso cogido. Las forma en la que nos divertíamos ha cambiado mucho y creo que a peor.

P. -¿Le hubiese gustado vivir su época de juventud ahora?
R. - No, yo me quedo con mi época, lo pasado pasado está y me he divertido mucho. Además, hoy en día se sufre mucho con todo lo que pasa, tengo dos nietas jóvenes y siempre les digo que tengan mucho cuidado, no hay seguridad para nadie. La gente joven se fía de cualquiera y les pueden echar cualquier cosa en el vaso y hacer con ellos lo que quieran.

P.- ¿Echa de menos algo de aquella época?
R. - La fraternidad y el compañerismo que existía, tanto cuando era joven como cuando cumplí unos años más. Recuerdo que cuando estuve viviendo un tiempo en Vícar, cualquier cosa que le pasase a un vecino, como cuando hacía mucho viento y rompía algún invernadero, allí estabamos todos por si podíamos ayudar en algo. Hoy en día cada uno va a su bola y si le pasa algo a alguien no nos interesamos por ellos.

P. -Aunque antes se trabajaba mucho, también tenían tiempo para divertirse, ¿qué le gustaba hacer?
R. - Organizábamos bailes y sacábamos a bailar a la chica que nos gustaba, yo para eso siempre tuve suerte porque la verdad es que era muy buen bailarín y las chicas más guapas siempre querían bailar conmigo. El tango, el pasodoble, el vals... todos los estilos, y como se suele decir, quien tuvo retuvo, aunque ya no salgo mucho a bailar porque a mi mujer no le gusta mucho.

P. - Y ahora que tiene más tiempo libre gracias a la jubilación, ¿cuáles son sus hobbies?
R. - Desde las siete y media que me levanto ya estoy andando, voy a desayunar y después me gusta echarme un rato en el sofá, hasta las tres y media que me voy a jugar a la petanca. He ganado algún que otro trofeo en los campeonatos que hacen aquí en Almerimar.

P. - ¿Guarda alguna anécdota de su juventud?
R. - Recuerdo cuando estaba en Rentería, que fuimos un amigo y yo a comer cerezas, y cuando estábamos subidos en el cerezo, llegó una parejilla y se puso debajo del árbol donde estábamos a hacer sus ‘asuntos’ mientas nosotros comíamos cerezas. No se dieron cuenta de que estábamos allí. Cuando nos los cruzábamos por la carretera siempre decíamos mira esos son.

P. - ¿Hizo usted la mili?
R. - No, al ser mi madre viuda y tener dificultades no la hice. La verdad es que tampoco me quedé con ganas, considero que antes era una pérdida de tiempo, sin embargo ahora sí vendría bien que la pusiesen y así los jóvenes aprenderían mucho de esta experienca.

P. - ¿Qué cambiaría de la sociedad de hoy?
R. - Lo que debe cambiar es el sistema político, no vamos a ningún sitio derrochando, dándole dinero a todo el mundo. Yo disfruto de lo que he trabajado, pero, por ejemplo, cuando voy a mi pueblo lo paso mal de ver cómo mucha gente no hace nada y solo están pendientes de que les den dinero, cuando allí siempre hemos salido a buscarnos la vida, pero hoy en día no quieren hacerlo, solo piensan en ‘vivir del cuento’.

P. - ¿Cuánto tiempo lleva con su mujer?
R. -El 25 de diciembre cumplimos nuestro 50 aniversario de casados, más cuatro años de noviazgo. La conocí en Rubite, en ‘los bailes’ del pueblo y al final hemos conseguido formar una gran familia. Tenemos 3 hijos, 1 hija y seis nietos. Por suerte no los tenemos muy lejos y podemos disfrutar de ellos.

P. - ¿Qué les gusta hacer cuando tienen tiempo para dedicarse el uno al otro?
R. - Nos gusta viajar, hemos ido a muchos lugares, he visitado casi toda España y algunos países como Francia. Me se el nombre de  todos los hoteles en los que he estado.

P. - ¿Le gustaría volver a alguno de éstos lugares?
R. - Sí, me encantaría hacer otro crucero. La experiencia fue fantástica y sobre todo me gustó Marsella, ya que antes solo había estado en Francia por trabajo y verla como turista fue muy distinto, me gustaría volver a disfrutar de ella.

P. - ¿Algún lugar que le gustaría vistar y que aún no haya tenido la oportunidad?
R. - Sin duda ese lugar es Argentina, porque mi madre nació allí, me gustaría visitarla, pero me falta alguien que se apunte conmigo al viaje.