ES FUNDAMENTAL ACUDIR AL DENTISTA AL DETECTAR ESTOS SÍNTOMAS
Si se nota recesión en las encías, inflamación, gingivitis, sangrado, mal aliento, etc, son señales de advertencia que no se deben dejar pasar, ya que puede derivar en patologías aún más graves. El sangrado de encías puede deberse a la acumulación de placa en los dientes. También, como ya han comentado desde Dess, puede ser señal de una afección médica grave.

El sangrado se puede deber a muchas causas, aunque el factor principal es la acumulación de placa en zonas cercanas a la encía. Esto produce una afección llamada gingivitis (encías inflamadas). La placa que no se retira se endurecerá y se convertirá en sarro, provocando un aumento del sangrado y pudiendo derivar en una forma más avanzada de enfermedad, conocida como periodontitis (pérdida ósea).

Otras causas de sangrado, pueden ser trastornos hemorrágicos, cepillarse con mucha fuerza, cambios hormonales durante el embarazo o la menopausia, prótesis u otros aparatos dentales mal ajustados, mal uso del hilo dental, infecciones en dientes o encías, estrés, malos hábitos como el tabaquismo o consumo de alcohol, llegando incluso a ser signos relacionados con enfermedades como leucemia (un tipo de cáncer en la sangre), escorbuto (una deficiencia de vitamina D), uso de anticoagulantes o deficiencia de vitamina K.

ESTUDIO BACTEOROLÓGICO Y GENÉTICO
Para buscar una solución adecuada a este problema, los profesionales aconsejan visitar al odontólogo al menos cada seis meses para revisión y remover la placa si fuese necesario (profilaxis o higiene dental). Así como seguir las recomendaciones pautadas por el especialista para los cuidados en casa. En Clínica Dess la prevención y el diagnóstico precoz de este tipo de patologías es esencial, su equipo de especialistas multidisciplinar determinará el tipo de tratamiento y la periodicidad de las revisiones, llegando incluso a realizar un estudio bacteriológico y genético (prueba simple y nada invasiva), que también podría solucionar el problema del mal aliento (halitosis) si fuese necesario.

PREVENCIÓN DE PROBLEMAS PERIODONTALES
Para la prevención de problemas periodontales lo aconsejable es cepillarse después de cada comida, con un cepillo de cerdas de dureza media, con movimientos suaves. También usar el hilo dental una vez al día puede prevenir la acumulación de placa. Bajo la supervisión de un especialista, se puede recomendar temporalmente el uso de enjuagues con clorhexidina (agente antibacteriano), para mejorar el estado de la encía.

Una dieta saludable y equilibrada, evitando ‘picar’ entre horas y reduciendo el consumo de bebidas carbonatadas (refrescos, gaseosa), contribuye a una buena salud periodontal.

Otros consejos que disminuyen el sangrado de encías: no fumar, ya que el tabaco contiene químicos que pueden hacer que la encía sangre menos debido a su efecto coagulante, el tabaquismo solo empeora el estado de las encías y del hueso; y utilizar un dispositivo de irrigación oral en la configuración baja para masajear las encías, acudir al odontólogo si una prótesis dental u otros aparatos dentales no ajustan bien o si están causando puntos dolorosos en las encías; seguir las instrucciones del odontólogo sobre cómo cepillarse y hacer un buen uso de la seda dental sin dañarse las encías.

CONSIDERACIONES DURANTE EL EMBARAZO
Durante la gestación existe una variación en los niveles hormonales que puede provocar cambios en el estado de los tejidos gingivales (encía), aumento del sangrado, inflamación o incluso aparición de agrandamientos gingivales (épulis gravídico). Por ello, las revisiones periódicas en clínica y una correcta higiene bucodental en casa son imprescindibles.

Siguiendo estas pautas y una vez finalizado el embarazo, la encía volverá a su estado de normalidad. Desde Clíca Dess recomiendan ponerse en contacto con un odontólogo en los siguientes casos:
• El sangrado es grave o prolongado
(crónico).

• Las encías continúan sangrando
incluso después del tratamiento.

• Tiene otros síntomas inexplicables
con el sangrado.

Dentro de la consulta médica el odontólogo examinará los dientes y las encías, y realizará preguntas sobre la patología presentada. También analizará los hábitos alimenticios, si realiza una adecuada higiene bucodental, así como los fármacos que se toman de manera habitual.