El alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, junto al concejal de Obras Públicas, José Andrés Cano, el edil de Urbanismo, Alberto Gonzaléz y el presidente de la Asociación, Bernardo Robles, ha estado presente en la bendición que ha realizado el párroco, Manuel Herrerías, acompañando a los familiares y conocidos de Antonio.

Cabe mencionar que desde NortMurgi se ha estimado oportuno colocar la placa allí en memoria de Antonio por ser siempre una persona ejemplar a nivel humano, un trabajador incansable muy identificado con sus vecinos y con su pueblo natal, del que tanto presumía de ser hijo. Se implicó y participó en todas las actividades deportivas, sociales y culturales a las que fue solicitado.

Antonio es un ejidense cuya vida laboral siempre ha estado vinculada al sector de la hostelería. Emblemáticos son los lugares donde desarrolló su trabajo: el Círculo Cultural y Recreativo, El Cañón, bar Boston, o pub Límite, entre otros. Es en el año 2000 cuando abre sus puertas el emblemático bar Daroka, lugar muy conocido entre los ejidenses por su extraordinario ambiente familiar, debido al muy buen hacer de él, su mujer y sus dos hijos.

El monolito está situado en la confluencia de las calles Manolo Escobar, Fernán González, Alhamara, San Lucas y San Marcos de Ejido Norte y las medidas alcanzan los 230 centímetros de alto y 130 centímetro de ancho.