Ante esta situación, el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, envió un escrito, con fecha del pasado martes 17 de marzo, al ministro de Sanidad, Salvador Illa, en el que denuncia lo siguiente: "El presente escrito es para poner de manifiesto la situación de absoluta precariedad en que el Sistema Público de Salud de Andalucía ha sido abocado tras el requerimiento de 150.000 mascarillas el pasado domingo 15 de marzo a nuestro principal proveedor de dicho material y que mantenía un suministro regular de aproximadamente 200.000 mascarillas semanales".
Del mismo modo, y no menos preocupante, Aguirre alerta de que "por otro lado, nos comunican algunos del resto de nuestros proveedores que han contactado con ellos desde el Ministerio de Sanidad para derivar su producción, incluidos los pedidos que teníamos en curso".
Lamentablemente, como continúa explicando el consejero al ministro en el escrito, "a pesar de una gestión de compra con previsión adecuada a nuestra proyección de consumo ante la actual contingencia, su adecuada distribución y administración de stocks, en este momento apenas tenemos existencias para el resto de la semana y comenzamos a sufrir las consecuencias de dicha escasez, por lo que tanto la seguridad de los pacientes como de los profesionales se está poniendo en riesgo".
Aguirre especifica en el escrito a Illa que el consumo previsto son 250.000 mascarillas quirúrgicas, 30.000 FFP2 y 20.000 FFP3.
Por todo ello, el escrito concluye explicando que "ante la situación de extrema gravedad generada exigimos que, desde la responsabilidad asumida por el Gobierno de España, se garantice de manera inmediata a los andaluces el suministro suficiente para atender las necesidades descritas y que, por parte de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, se tenían perfectamente programadas".
Rafa Villegas