La Plaza Mayor de El Ejido ha sido el
lugar donde hoy, a las doce del mediodía, se ha guardado un minuto de silencio
para condenar enérgicamente las últimas muertes ocurridas en el país y que
responden a casos de violencia de género.
Este ha servido, por tanto, para recodar
a las pequeñas tinerfeñas, Anna y Olivia; así como a la joven sevillana Rocío,
de tan sólo 17 años, o las cinco mujeres, una de ellas embarazada, y un niño,
que han perdido la vida en el último mes a consecuencia de este tipo de actos
que constituyen una lacra social.
El alcalde de El Ejido, Francisco
Góngora, junto al Comisario de la Policía Nacional, Rafael Rodríguez; el subinspector
de la Policía Local, Marco Muñoz; así como más agentes de la Policía Nacional y
de la Policía Local; concejales del equipo de gobierno y de la Corporación
Municipal, además de vecinos que se han acercado hasta este emplazamiento en
señal de duelo y repulsa, ha expresado su “rotunda y contundente repulsa por
este tipo de sucesos tan terribles y que dejan tantísimo dolor tanto entre
familiares y amigos de las víctimas como en la sociedad en general”.
Es por ello que el responsable local
haya realizado, una vez más, un llamamiento “tanto a la sociedad en general y
al conjunto de las Administraciones para que se tenga presente que se siguen
dando, desgraciadamente, situaciones de este tipo de violencia, que se sigue
cobrando la vida de los más inocentes”. Es por ello que, tal y como ha
remarcado, “todos debemos de seguir realizando una labor de concienciación y
disponiendo de todos los medios que estén a nuestro alcance para frenarla”.
Góngora
ha remarcado que “la educación en igualdad y valores sigue siendo la clave junto
a la prevención, que deben de ocupar un lugar primordial para generar las
condiciones que impidan que la violencia de género persista”. Se hace, por
tanto, necesario “incrementar los medios también en materia asistencial,
psicológica y policial con el fin de evitar la continuidad de este tipo de
actos y que exista también una mayor concienciación de la sociedad en su
conjunto y, por supuesto, que se denuncie al mínimo indicio de violencia, ya
sea física o psicológica”. “Es la única manera de eliminar esta problemática
social”, ha concluido.