Nuevo paso atrás en la tradicional ‘entrada’ del Cristo de la Luz

Nuevo paso atrás en la tradicional ‘entrada’ del Cristo de la Luz

Dalías volvió a desandar pasos y a ir en contra de su tradición, y de su voluntad, el pasado domingo en la ‘no entrada’ del Santo Cristo de la Luz.


Por sorpresa, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado acordonaron la Plaza y hacinaron a los presentes en el ala oeste de la misma, preocupados por garantizar una supuesta seguridad frente a las bombas, obligando a mantener una importante distancia de las mismas, sin pensar que en tiempos de COVID-19 probablemente habría sido más conveniente un mayor espacio interpersonal.

Hace unos años fueron los cohetes, que se sacaron de la Plaza y se alejaron del recorrido del Santo Cristo de la Luz y de viviendas, ahora son las bombas. En definitiva, un suma y sigue que, sin embargo, solo se aplica de una manera cada vez más restrictiva en Dalías. Y no vale la excusa de que se trate de la tercera romería más multitudinaria de Andalucía, si realmente preocupa tanto a las altas esferas aplicar una legislación acerca de la distancia entre cohetes o bombas y la población, me pregunto por qué no se aplica en ninguna de las localidades vecinas.

El problema es que no hubo lugar a otra cosa. Eran las 00:40 horas cuando se apagó la luz en Dalías para que dieran comienzo las bengalas, primero, seguidas de los cohetes y bombas, y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dejaron muy claro que o se respetaba el acordonamiento de la Plaza o no se disparaba un solo cohete.

Como sardinas en lata, los presentes en el reducto oeste de la Plaza ni tan siquiera tenían visibilidad hacia el interior de la Iglesia y, por ende, hacia el Santo Cristo de la Luz. Ni un segundo pasó desde que explotó la última bomba para que entraran en el templo. Y es que, eso sí, una cosa quedó clara, pese a que no salió la procesión, Dalías, el resto del Poniente y la provincia respondieron masivamente, una vez más, a la llamada del Cristo.

Es difícil pensar una solución a la pérdida progresiva de elementos que forman parte de las fiestas del Cristo de la Luz desde hace décadas, de lo que sí estoy convencido es de que paso atrás que se da es muy difícil de recuperar.


Rafa Villegas