Desde este lunes 27 la situación está mucho más controlada. Según ha declarado el párroco a D-CERCA “ya no hay peligro para los peatones y ya tenemos más tranquilidad sobre la conservación del templo porque se ha aplicado un tratamiento de poliuretano con el fin de aislar la zona ante posibles lluvias que pudiesen seguir dañando la madera bajo las tejas o colarse incluso en el interior del templo”.
En cualquier caso, este aislamiento es solo un tratamiento temporal al que deberá seguirle el restablecimiento de un techo que, curiosamente solo tenía tres décadas de antigüedad, pese a que la iglesia data del siglo XVI.
En este sentido, José María Sánchez explicó que durante esta semana se iniciará un estudio con el que determinar el verdadero daño estructural de la techumbre de la iglesia de La Inmaculada Concepción. Serán los arquitectos y técnicos quienes confirmen cómo proceder y el presupuesto de las próximas tareas a acomer. En cualquier caso, el nuevo párroco señaló que los feligreses “están tristes y dolidos por lo que le ha ocurrido a esta iglesia, que debería estar catalogada como Bien de Interés Cultural y así, al menos, se podría acceder a ayudas con las que llevar adelante las obras de restauración”.
Como el templo no cuenta de momento con ese reconocimiento, José María Sánchez ha optado por hacer un llamamiento solidario bajo el eslogan ‘Apadrina una Teja’, iniciativa con la que ya logró ayuda para la iglesia de El Alquián, donde estuvo destinado previamente.
Los feligreses interesados en hacer una donación pueden materializarla en el número ES50 2103 5030 1603 0000 4402 (Unicaja).
Almudena Fernández