La prueba de ello es que
Internet nos está obligando
a aceptar, en tiempo récord, las
nuevas fórmulas que hay para vivir
la vida. Donde más se nota el
cambio es en cómo disfrutamos
nuestras tradiciones. Una de las
cosas que más ha cambiado es el
tipo de celebración que tenemos
en las fiestas patronales, en días
señalados como es la celebración
del Día de Todos los Santos o incluso
la Semana Santa.
Es cierto que, en ocasiones, la
gestión comercial de muchas empresas
está obligando a que cambiemos
esas tradiciones para que
el negocio de estas fiestas terminen
siendo fructífero para aquellas
entidades que promueven los
mencionados cambios; la prueba
más evidente la tenemos en La
Navidad, festejo multitudinario
en el que se impone gastar más,
comer más y comprar regalos innecesarios
para mostrar el afecto
a los nuestros.
Dicho lo cual, ahora me gustaría
centrarme en la celebración
del Día de Todos Los Santos. Esta
celebración ha cambiado notablemente.
Desde sus orígenes, el día
1 de noviembre se usaba para recordar
a los difuntos que ya nos
habían dejado y era obligada la
visita al cementerio para limpiar
nichos y tumbas de las personas
que ya murieron. De un tiempo a
esta parte se ha venido imponiendo
la celebración de otras partes
del mundo siendo la más popular
la noche de Halloween, importada
de Estados Unidos y de otros
ambientes anglosajones. Es cierto
que la tradición es menos divertida,
no obstante, la no diversión
era parte de ese respeto que se ha
ido perdiendo poco a poco. Igualmente,
hay que reconocer que no
todos los difuntos están en el cementerio.
Desde que la incineración
se convirtió en una fórmula
popularmente aceptada, hay muchos
antepasados que no tienen
un recuerdo físico en un sitio concreto.
Así las cosas, permítanme que
este humilde redactor siga recordando
las tradiciones como siempre
y ese cambio del respeto y la
solemnidad por la fiesta y la juerga
no me parezca apropiado. Para
divertirse no es necesario usar una
antigua celebración, la diversión
surge espontánea, solo hay que tener
ganas de diversión.
La forma de ser que tenemos
los españoles y mucho más los
andaluces, nos lleva a divertirnos de cualquier forma y en cualquier
momento. Transformar una tradición
en un acontecimiento festivo
más es simplemente destrozar
una tradición que durante años ha
estado cargada de simbolismo,
emoción y respeto. No es lo mismo
visitar el cementerio y rendir
culto a los que ya no están, que
hacerlo pensando que tras abandonar
el campo santo te espera
una fiesta.
La televisión, internet y otros
elementos de comunicación nos
han cambiado muchas creencias y
nos han empujado a hacer cosas
que si no las vemos en los demás
nunca lo hubiéramos hecho. Es
posible que sea la edad lo que me
haga pensar así, pero me niego a
que la dictadura de Internet o de
otros medios de comunicación
termine variando una serie de
creencias fruto de la educación
que me dieron.
No pretendo cambiar la forma
de divertirse de nadie, simplemente
quiero dar mi opinión por
si hay alguien que piensa lo mismo
y lee este humilde artículo de
opinión acabe liberándose y siga
pensando lo que le dé la gana.
De cualquier forma, la libertad
ofrece todas las posibilidades del
mundo, así pues, que cada uno
haga del Día de Todos Los Santos
lo que considere oportuno.
José Antonio Gutiérrez Escobar