El nuevo Año nos trae muchas
emociones y novedades
en el terreno político
y económico. Hay
elecciones municipales y generales.
También se espera que sea el
año de la recuperación económica
con el olvido definitivo de la pandemia
COVID-19
Es cierto que desde aquel mes
de marzo de 2020 hemos sufrido
mucho, quizá demasiado con la
pérdida de seres queridos, amigos,
la caída de empresas y fracasos
obligados.
La esperanza la podemos albergar
pensando que los periodos
de recuperación siempre son emocionalmente
más positivos para el
ánimo porque realmente vamos
recuperando terreno perdido, es
por ello que creo que el nuevo año
nos va a deparar más alegrías que
tristezas.
Es cierto que vamos a tener
mucha actividad política, pero
puede que sea definitiva para los
cuatro próximos años. No estaría
nada mal que se aplacaran un poco
los ánimos en el panorama político-
judicial actual y dejemos de
sobresaltarnos a cada telediario.
En lo más cercano, creo que
vamos a tener un año económicamente
fuerte por el gran auge de la
agricultura como sector estratégico,
social y económicamente así
reconocido por los poderes públicos.
La horticultura intensiva está
cambiando muy rápidamente y los
síntomas son evidentes. Internet
ha acelerado todos los procesos y
el sector primario igualmente se
está viendo afectado. Es cierto que
no se venden muchas hortalizas
online, pero la gestión de los datos
sí que está generando cambios en
la forma de controlar los cultivos,
el uso del agua y los fertilizantes
para optimizar cosechas al máximo.
A pesar de los graves inconvenientes
que ha tenido la subida de
los consumibles del campo, los
efectos para la salud de la pandemia,
el revés en la estabilidad de la
comunidad europea que ha supuesto
la Guerra de Ucrania y
otros impactos negativos que hemos
sufrido, pienso humildemente
que nos ha tocado vivir en un
lugar en el que los efectos de tanta
desgracia y tantos contratiempos
son menores que en otros lugares,
lo cual nos permite afrontar el futuro
con optimismo.
Creo que la agricultura local
va a evolucionar considerablemente
en los próximos cinco años
porque la investigación privada se
está disparando en suelo almeriense
y en ese proceso de expansión
de la investigación agraria el
Poniente almeriense va a tener
mucho que ver. En los próximos
años veremos nuevas fincas de experimentación
ubicadas en el entorno
cuyo objetivo es obtener
mejores cultivos bajo la seguridad
jurídica de la Unión Europea, la
estabilidad económica de esta tierra
y la bonanza de un clima que
asegura el éxito de los ensayos.
Todo esto es vida para el campo y
sus gentes.
Por todo ello, y como queda
demostrado que hay lugar para la
esperanza, solo me queda desear a
todos los lectores que pasen una
muy Feliz Navidad y que 2023 sea
el año deseado por todos.
D-Cerca estará de vuelta pasada
la festividad de Reyes para
afrontar un nuevo año de información
ininterrumpida.
José Antonio Gutiérrez