La 46 edición puede ser una de las más importantes que jamás se haya celebrado en este municipio a pesar de que otras compañías situaran el nivel muy alto. Posiblemente, en estos momentos, el Festival de Teatro sea lo que más necesita la población ejidense que está un poco harta de esa descoordinación que se está produciendo entre las diferentes culturas que conviven en este municipio. El festival, más allá del entretenimiento que supone ver durante dos meses unas funciones elaboradas por actores, actrices y cantantes de muchísimo talento, es un respiro para tanta presión provocada por diferentes sucesos, críticas políticas, vaivenes económicos y desunión de la unidad poblacional que debe existir en toda sociedad local.

Quizá estar tan pendiente de lo negativo, nos impida ver las posibilidades de buscar salidas para problemas que nos hacen sentir incómodos, pero que tienen solución. La celebración de este acontecimiento cultural, del que tan orgullosos nos sentimos en El Ejido, supone un aire fresco en esa falta de cohesión en la sociedad ejidense más dividida que nunca por ese cruce de culturas comentado con anterioridad.

Muchos queremos un Ejido como el de hace 20 años en el que la ilusión por las cosas nos llevaba a participar en muchos acontecimientos públicos, entre ellos, las fiestas locales que hoy las vivimos con demasiada distancia salvo las cinco horas de la mañana de San Marcos que salimos de todos los sitios para inundar el recorrido de la romería en honor al patrón de los animales. Es cierto que ese Ejido de hace dos décadas hay que volver a construirlo, pero con el apoyo de todos y la participación de los ciudadanos, no huyendo a otros lugares donde egoístamente nos sentimos moralmente más identificados y socialmente mejor ubicados.

Es cierto que nos enorgullece nuestro Festival de Teatro y que ningún año faltan actores aficionados para integrar las compañías de la Muestra de Teatro Aficionado, no obstante, seguimos elogiando los espectáculos de la programación del Auditorio de Roquetas de Mar, que dicho sea de paso es realmente fantástica. Quizá, por ello, es posible que para completar las butacas de las funciones en El Ejido tengan que venir nuestros vecinos del Poniente o incluso de la capital. Vale, de acuerdo aceptamos todo, pero tenemos que tener muy presente que el Festival de Teatro es uno de esos pocos eventos que nos quedan para sentirnos protagonistas de algo realmente bueno, tanto para los ejidenses como para aquellos que quieran acompañarnos para ver todos los espectáculos que se han preparado para esta edición.

Un pueblo lo hacen sus ciudadanos, colaboremos y, a la vez, disfrutemos.

José Antonio Gutiérrez