Adolescencia y juventud frente a los espacios públicos

Adolescencia y juventud frente a los espacios públicos

Al hilo de las recientes reflexiones que hacia el director de esta publicación sobre la pérdida de las tradiciones, la falta de comunicación personal, sustituida hoy por las “maquinitas” (teléfonos móviles, tablets, ordenadores, etc.) y las redes sociales, en definitiva, la caída en picado en la “individualización” y el “aislamiento” de la vida personal, se produce un empobrecimiento de nuestras relaciones y estímulos cognitivos y sensoriales.

Debemos, por tanto, reflexionar, igualmente, sobre la necesidad de espacios y programas públicos/privados para esas generaciones que vienen y que se están educando en una sociedad en la que los valores tradicionales y base de nuestra cultura se están abandonando, olvidando, y cuando no socavando en favor de no se sabe bien qué discurso, objetivo o ideología.

¿Por qué de esta situación? ¿Por comodidad? ¿Por interés? ¿De quién? ¿Para qué?

Lo cierto es que una educación que conlleve un espíritu crítico y no nos haga “rebaño”, es hoy más necesaria que nunca.

Los más jóvenes y no tan jóvenes tienen que “encontrarse ellos mismos” y tenemos que propiciarles esos lugaresy programas de encuentro, para que puedan dialogar, realizar actividades, contraponer ideas, debatir, etc... en definitiva generar una cultura creativa y enriquecedora.

Hoy día, “la calle” es muy poco afectuosa para nuestros jóvenes, y es por ello que tenemos que revertir esta situación y quién abandere este cambio debe ser; la propia sociedad civil, y actuando nuestro Ayuntamiento como locomotora de todos los procesos posibles. Tiene medios y puede generar más.

Ya nadie discute que el papel de las instalaciones deportivas transciende lo meramente deportivo y va más allá que “un simple contenedor de actividad física”: se han convertido en espacios de relación social, de salud, etc., que poseen la capacidad de potenciar la práctica deportiva de su propio espacio físico y gestionar recursos dirigidos al bienestar de los ciudadanos cubriendo su tiempo de ocio, intentando que, en un mismo centro, cada colectivo pueda realizar la actividad que coincida con su interés.

Lo deseable sería que los poderes públicos, el más cercano, el Ayuntamiento de El Ejido y los diferentes grupos políticos que lo componen, incluyeran en sus programas electorales medidas y medios para superar este problema que ya está provocando, además de mala educación: depresión, autolesiones,y otros muchos más problemas emocionales más graves.

¡Hagamos un esfuerzo entre todos! Medios e ingenio hay. Falta concienciación y voluntad de resolver…



Gabriel Giménez Callejón

Ejidense.