Myriam Vela Blanca (Myriam Jiménez Puertas, Almería, 1970) artista multidisciplinar que durante el confinamiento se queda encerrada en su casa, frente al mar de Almería, con su padre y su perro. Su única conexión visual con el mundo es a través del mar.

"El mar que veo desde mi ventana es el hilo comunicador entre tu y yo, entre nosotros, ahora es lo único que nos une, lo único que tenemos en común en este extraño momento... momento sin fin, momento de miedo", explica.

Las circunstancias obligan a permanecer en tierra y observar más de 180 grados de mar y cielo que hacen dulce este periodo tan irregular que fotografía, recita y pinta sin cesar. Periodo de 100 días, en los que desarrolla un delicioso trabajo fotográfico sobre el Mar en sus brillantes colores y texturas. Además pinta "sus" paisajes sobre madera hasta el "fin de las mascarillas", muchos, muchos más de 100 días.

La artista almeriense ha vivido tanto en su época de universitaria como en la profesional, en lugares tan emblemáticos como Londres, París, Florencia, Viena, Lisboa, además de Madrid donde residió casi 20 años, lugares a los que ha ido siempre con su cámara y su pincel.

Ha realizado más de 30 exposiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales. Tuvo una calurosa acogida su exposición "El jardín secreto del Cabo" en el Museo de Arte de Almería.

En 2022, ha expuesto en la "Summer Exhibition" en la Royal Academy of Arts de Londres y en el Museo de Arte de Almería. Ha ilustrado parte del libro "Aún hay tiempo" de José Guirao , Exministro de Cultura y ha escrito un libro de poesía desde la soledad del confinamiento "poemas de amor a un desconocido".

Madera y fotografía

"A la gente le encanta cortar madera. En esta actividad inmediatamente se encuentran los resultados" (Albert Einstein). A Myriam no sólo le gusta cortar madera, también le gusta soñar y dibujar sobre ella, sobre sus vetas. Yo veo un cuadro solamente con mirar un tablero, imagino esas olas surcadas delicadamente por las vetas.

Myriam integra con sutileza la fotografía y la madera, en la que la veta forma parte activa del paisaje, convirtiéndose el nudo en sol y la veta en arena, tierra, mar, brisa o huracán, unido a la minuciosa pintura en acuarela hacen que su obra adquiera tridimensionalidad.

Esta obra basada exclusivamente en la costa de Almería y en la que el mar es el hilo conductor, refleja momentos y sueños durante la pandemia. El resultado de este viaje por la costa, con esta técnica tan especial, es poético y diferente.