Actitud colaborativa

Actitud colaborativa

Ahora que todos los partidos políticos están luchando por conseguir los votos de cara a las elecciones municipales, se pone de manifiesto la escasa o nula colaboración que existe entre nuestros representantes políticos, lo cual daña la economía común de todos los ciudadanos

Ahora que todos los partidos políticos están luchando por conseguir los votos de cara a las elecciones municipales, se pone de manifiesto la escasa o nula colaboración que existe entre nuestros representantes políticos, lo cual daña la economía común de todos los ciudadanos.

Hago referencia a esa falta de colaboración porque parece que siempre es mejor destruir lo que han hecho otros para hacer lo que el último que llega estima necesario. El que estuvo antes empleó recursos que son de todos para hacer lo que hizo. Destruir lo hecho es simplemente tirar la recaudación de nuestros impuestos a la basura por la simple necesidad de afianzar en el cargo el último elegido, ese es un fin egoísta que solo beneficia al que ha tenido la suerte de acceder al poder.

Con esto pretendo llevar al debate público la necesidad de fomentar la colaboración para que todos ganemos más. Cada uno por su cuenta puede conseguir el éxito con ciertas limitaciones y si tiene suerte, si se hace en común y colaborando, es posible que todos salgamos ganando.

La posibilidad de gobernar que otorgan los votos no es una “patente de corso” que los ciudadanos dan a quien consigue la mayoría o la posibilidad de hacer pactos para gobernar. Es la obligación de hacer lo posible para que todos los ciudadanos ganemos más con la gestión que hace el que hemos puesto para que mande. Es por ello que una actitud de colaboración es el camino más corto y eficaz para llegar al éxito deseado.

El trabajar con los demás no solo es aplicable a la vida política. En la agricultura de Almería tenemos un ejemplo de ello. Hace ya algunos años, desde la Junta de Andalucía se impulsó la concentración de la oferta en el sector agrario almeriense con el fin de conseguir una rentabilidad más alta y unos precios más justos para los agricultores. A raíz de aquella propuesta, muchas empresas se fusionaron y sus agricultores salieron adelante. Es cierto que no se consiguió el nivel de concentración deseado, pero sí se dio un paso decisivo efectivo que ha dado sus resultados y hoy estamos más satisfechos que entonces de la rentabilidad del campo, incluso con el aumento tan exagerado de los insumos agrarios que hemos padecido a raíz de la pandemia del Covid-19 y la Guerra de Ucrania.

Por otra parte, en el Poniente almeriense somos muy dados a mostrar nuestra independencia en todos los órdenes de la vida. Nos sentimos triunfadores por haber creado un sistema productivo agrario único en el mundo que ofrece miles de puestos de trabajo y crea empresas todos los días. Ni siquiera los más poderosos pueden salir adelante sin la necesaria colaboración. Lo estamos viendo a nivel mundial, hasta los más preparados económicamente necesitan de ayuda para llevar a cabo sus objetivos. Estados Unidos y Alemania necesitan ayuda de otros países y de hecho, así lo ponen de manifiesto en aquellos organismos internacionales a los que pertenecen y por su fuerza lideran. Por otra parte, en una sociedad tan variopinta como la nuestra por el choque de culturas de personas llegadas de hasta 90 países diferentes también adolece de una colaboración más activa por parte de los que llegan y por parte de los que ya estaban. Sin la colaboración todo es más difícil, todo nos cuesta más y el desasosiego nos marca el día a día. Espero que este artículo genere opinión, debate y reflexión ahora que todos estamos más relajados después de los días de asueto de la Semana Santa.