Un residente de la urbanización Ladera del Golf de Almerimar, hijo de un exjugador del Real Madrid, ha convertido la vida del resto de habitantes en un infierno con su comportamiento errático y violento, que va desde golpear a las mascotas a amenazar a las mujeres con violarlas. 

"A los vecinos más próximos nos tiene ya machacados", cuenta para D-CERCA uno de ellos, "dice que nos va a exterminar, que nos tiene asco". Asegura haber impuesto en su contra ya tres denuncias, "otros han puesto dos, cuatro o cinco", así hasta llegar a las cerca de 40, según publican varios medios. "Una fue porque salió armado con una navaja detrás de mí y de mi hijo", explica. "Otra noche, mientras sacaba a los perros, sacó una vara de madera recia y le dio un palo al animal". "A otro vecino lo amenazó con un cuchillo de grandes dimensiones y una barra de hierro, diciendo que lo iba a matar". 

Acoso a las mujeres

Las mujeres parecen ser sus víctimas predilectas, a las que dedica más amenazas. "Dice que las va a violar, no deja de insultar a cualquiera que se le cruce, intentó atropellar a una vecina y a otra la persiguió con un bate". Por todo esto, "la gente está aterrada, ya nadie se atreve a pasar por su puerta". 

Este individuo también parece vivir perpetuamente en una fiesta, ya que a todas horas se escucha música a alta voz. "Yo llevo un año sin poder dormir una noche del tirón", asegura su vecino, "mi mujer está en tratamiento médico, la han mandado al psicólogo, porque ya no puede más". 

"Es muy difícil"

A pesar del gran número de denuncias que acumula, algunas ya convertidas en condenas, nadie parece querer hacerse cargo de él. Representantes de la urbanización mantuvieron una reunión con el Ayuntamiento de El Ejido, el intendente de la Policía Local e incluso sus padres, pero "dicen que no es fácil, que debe ser un juez el que lo inhabilite para que lo obliguen a ingresar en un centro". Mientras, las autoridades animan a los vecinos a seguir denunciando. Desde el Consistorio ejidense prefieren no hacer declaraciones sobre este tema.

Esta situación arrancó ya hace casi año y medio, en enero de 2022. "Yo tenía buen trato con él, a veces sacábamos a los perros juntos, pero poco a poco se le ha ido la cabeza, no sé qué le habrá pasado". 

"Queremos evitar que pase algo", asegura este vecino, "porque de seguir así algún día se le cruzarán los cables, a él o a otra persona". 

Francisco Lirola