“Bouza nos prohibió entrenar tras denunciar a Argentina nuestra situación”

“Bouza nos prohibió entrenar tras denunciar a Argentina nuestra situación”

Agustín Passarino, uno de los cuatro futbolistas (Luciano Romero, Emanuel Díaz y Agustín Palomeque) que Alejandro Bouza hizo aterrizar en El Ejido desde Argentinos Juniors, cuenta en una entrevista cómo se produjo su contratación, cuándo le dejaron de pagar o cómo lo metieron en una casa de okupas con ropa sucia y comida putrefacta. El jugador relata su “terrible” experiencia en El Ejido recordando cómo Bouza les prohibió la entrada a Santo Domingo tras informar a sus clubes de origen de la situación, teniendo que ser ayudados para poder sobrevivir económicamente.


Pregunta.- ¿Cómo se gestionó tu llegada a El Ejido?

Respuesta.- Yo llegué a El Ejido porque el presidente era argentino y tenía relación con mi club. Jugaba en Argentina Juniors y él me seleccionó. Al principio bien, pero sí fue raro que yo viajé un jueves y la competición empezaba ese mismo domingo. Casi ni conocía a mis compañeros.


P.- ¿De qué forma se hizo esa selección? ¿El presidente viajó hasta a Argentina para estudiaros en directo?

R.- No tengo la certeza, pero sí sé que él no viajó hasta aquí. Fue mi club el que envió informes de tres o cuatro jugadores por puesto y, a partir de eso, me seleccionaron.


P.- ¿Se notó demasiado el salto al fútbol español?

R.- Al principio nos costó, pero luego bien. Fuimos poco a poco agarrándole la mano. Además, cuestiones de más allá de lo futbolístico pasaron factura a la hora de rendir en lo deportivo. No estábamos de la mejor manera y muchas cosas que se nos prometieron no se cumplieron.


P.- ¿No se cumplieron las promesas y condiciones que os ofrecieron a vuestra llegada?

R.- A nosotros nos pintaron todo de color de rosa. Teníamos mucha ilusión porque llegar a España o Italia significa jugar en países que son de los mejores futbolísticamente, pero cuando llegamos, desde el primer día, ya se notó un ambiente raro. Los primeros tres meses sí pagaron en fecha, luego ya había muchos problemas para hacerlo. Yo me terminé volviendo a Argentina sin cobrar y aún me siguen debiendo el dinero del año. Volví en octubre y el último mes que cobré fue junio.


P.- A parte de esos evidentes problemas a la hora de los pagos, ¿crees que no se te dio la suficiente confianza desde el aspecto técnico?

R.- En parte, sí. Cuando llegué me dieron algunos minutos, pero muy difíciles. Quizá íbamos perdiendo 3-1 y entraba en el 85. Es difícil demostrar que estás a la altura en tan poco tiempo. El míster me decía en ese momento que nos iba a tener relegados un poco porque llegamos con la temporada empezada, pero que apuntáramos a la próxima. Cuando terminó la temporada, el técnico se fue sin cobrar y llegó uno nuevo. Para mayo o junio ya nos habían mudado y no vivíamos donde nos habían dicho.


P.- ¿Fuisteis vosotros mismos los que decidisteis salir del club?

R.- Llegado un momento, sí. Al principio vivíamos en Almerimar y, llegando el verano, nos dijeron que nos teníamos que mudar a un piso de El Ejido. En cuanto entramos, ya vimos que había objetos de gente que había ocupado la casa previamente. Los desalojaron y nos metieron a nosotros. Había ropa, comida con olores raros…


P.- A la hora de afrontar esos problemas, ¿se lo comunicabais a vuestro club en Argentina?

R.- Al principio nos dijeron que era provisional. Que mantener los pisos de Almerimar era muy caro. Pero terminó el verano y nosotros seguíamos viviendo allí, hasta el momento que nos volvimos. El lugar estaba muy mal y en un momento llamamos a nuestro club para explicar dónde vivíamos y los impagos. Hubo una conversación entre los clubes y el presidente de El Ejido se enojó con nosotros por reclamar lo que nos habían prometido. Nos prohibió volver a entrenar. A mí me dolió mucho, estábamos lejos de casa y sin cobrar. Gracias a Dios tuve la suerte de conocer a gente que me ayudó, pero sí tuve compañeros que les costaba vivir.


P.- ¿Sientes que te engañaron?

R.- Sí, pero no es algo que haya pasado solo con nosotros. Es un club que generalmente tiene esos conflictos.


P.- A pesar de ello, ¿repetirías la experiencia?

R.- Quizás en El Ejido no, pero volver a intentarlo en otro sí. A mí el país me gustó. Tenemos costumbres muy parecidas y no me costó la adaptación.


P.- ¿Te han surgido nuevos proyectos en España?

R.- Cuando volví a Argentina me salió un club en la Comunidad Valenciana y otro en Tercera RFEF. Decidí que no porque venía muy golpeado. Me dio miedo. La de El Ejido fue mi primera experiencia fuera y que sea tan mala, te pone en duda volver a salir. Pero en el futuro, lo pensaré.


P.- El viaje de vuelta a Argentina, ¿lo pagasteis de vuestro bolsillo?

R.- Hablando de mi parte, mi viaje lo pagó mi familia, que reunió el dinero necesario entre todos. Yo no aguantaba estar más allí. El lugar donde vivíamos era terrible. De madrugada se escuchaban cantos y rezos, era todo muy extraño para mí. Llamaba a mi mamá pidiéndole volver. Los otros chicos, que aguantaron un poco más, el club sí se hizo cargo.


Por último, Passarino ha querido agradecer a Manolo Martínez y la familia Rodrigo Villegas, su inestimable ayuda mientras que el futbolista no pasaba por su mejor momento en España. “Fueron los que me ayudaron en todo momento mientras estaba allí”.