Nacida en Santa María del Águila, Patricia Sánchez tenía muy claro desde niña que su futuro era la Física. “Tuve profesores muy buenos que supieron captar desde el principio mi pasión”, cuenta la ahora investigadora afincada en Granada. “Con 18 años vine a estudiar la carrera y el máster, pasé por Suiza, y justo el curso pasado conseguí volver”.
Con la experiencia y resultados que actualmente atesora, Patricia ha sido premiada este año con la Beca Leonardo, otorgada desde la Fundación BBVA con el objetivo de apoyar de forma directa a investigadores que se encuentran en una época intermedia de su carrera profesional. “Abren la convocatoria una vez al año y nos permiten desarrollar proyectos altamente innovadores durante 18 meses a los que nos encontramos entre los 30 y los 45 años”, resume. “Normalmente escogen según la novedad, las ventajas o el ahorro de energía que somos capaces de conseguir”.
Patricia se dedica, concretamente, al estudio de los neutrinos. Estas partículas son invisibles al ojo humano y, según la investigadora ejidense, “sólo son posibles de producir en la Tierra a través de un acelerador de partículas o simplemente esperar a que caigan del espacio”. “La forma de observarlos es a través de la luz que dejan cuando caen. Tenemos piscinas enormes llenas de agua u otros líquidos donde, al aterrizar, dejan una estela”, desarrolla Patricia Sánchez.
Valorada altamente por la Fundación BBVA, la ejidense ha expuesto así una idea que recoge la creación de un nuevo sensor que, de manera mucho más eficiente que estas piscinas, sea capaz de captar la luz de los neutrinos. “Creemos que tienen la respuesta a muchas preguntas, como por qué no hay antimateria en el Universo. Por eso es muy importante comprenderlos para continuar avanzando en el estudio de las astropartículas”.
Patricia tiene ahora un año y medio por delante en el que, sin ningún tipo de ayuda de investigadores externos o tutores porporcionados por la beca, debe comenzar a desarrollar su proyecto. “Leonardo tiene como finalidad establecer los pilares del estudio y darnos un empujón para que luego los investigadores seamos independientes”, aclara una investigadora que si “tiene resultados y consigue establecer una línea a seguir”, deberá buscar financiación externa a través de la Junta de Andalucía u otros organismos autónomos.
Santa María del Águila sembró, de esta forma, la semilla de lo que hoy en día se ha convertido en una investigadora reconocida tanto a nivel nacional, como internacional. Una ejidense que, a pesar de que cuando empezó a estudiar, “todo el mundo escogía arquitectura o ingeniería de caminos por el boom inmobiliario”, tenía decidido su amor por la Física. “Aunque lleve tantos años en Granada, Santa María del Águila es mi casa. Sigo yendo mucho, casi todos los fines de semana. Mis padres y mi pareja viven allí”, recuerda Patricia Sánchez, que no olvida sus orígenes ejidenses.
F. F. Díaz-Delgado
