La Asociación de Mujeres de
La Aldeílla cumple ya 43
años luchando por los derechos
de la mujer y ahora, Inés
Blanco, su presidenta, habla con
D-CERCA para recordar pasado,
comentar presente y augurar futuro
de una de las organizaciones
más longevas de El Ejido.
Pregunta. – Son 43 años los que
lleva ya la asociación al pie del
cañón. ¿Cómo surgió la idea y,
sobre todo, cuáles fueron los
objetivos a seguir?
Respuesta. – La asociación surgió
en base a la creación de un
grupo de mujeres en septiembre
de 1978. Nuestro objetivo era organizar
actividades y aglutinar
mujeres. No fuimos oficialmente
una asociación hasta que en marzo
de 1980 tuvimos nuestra primera
asamblea. Imagínate El Ejido
en aquella época. No había
nada, incluso el agua se cortaba
en muchos momentos. Nos marcamos
tres líneas principales a
seguir: el desarrollo de servicios
básicos en el pueblo, la implicación
de la mujer y la creación de
una guardería que, aunque ya estaba
constituida en el edificio de
Unicaja, no funcionaba.
P.– ¿Cómo han conseguido
convertirse hasta ser una de las
asociaciones más respetadas de
la provincia almeriense?
R. – A lo largo del tiempo, lo único
que nos ha mantenido vivas ha
sido trabajar en grupos estables y
responder a las necesidades de
las mujeres, que avanzan y son
diferentes de una época a otra. La
participación es la sangre de
nuestras venas. No hicimos una
parada ni en la pandemia, donde
a través de Zoom, continuamos
trabajando de una forma totalmente
nueva para nosotras. Desde
1980 no nos hemos detenido y
el 1 de octubre ya tenemos organizado
un viaje a Granada.
P.– El buen funcionamiento
viene precedido, normalmente,
de una buena organización.
¿Cuál es el reparto de obligaciones
y tareas existente?
R. – Yo soy la presidente desde
hace un par de años y Teresa Padilla
me ayuda desde la vicepresidencia.
Hay otros cargos como
tesorera, además de 10 vocales.
La directiva está formada por 14
personas que nos reunimos una
vez al mes. Aunque si hay alguna
urgencia, lo hacemos en el momento
en el que ocurre.
P.– ¿Cuentan con apoyo, tanto
económico como logístico, de
instituciones públicas?
R. – Recibimos muy poco apoyo.
Nuestra economía está respaldada
principalmente por una subvención
de 2.000 euros de Diputación.
Falta mucho en este tema. Pertenecemos al Consejo Municipal,
pero desde el Ayuntamiento
recibimos más bien poco. Necesitamos
más. Solicitamos
ayuda al Instituto Nacional de la
Mujer, pero las exigencias a la
hora de justificar gastos y presentar
papeles, requería mayor esfuerzo
de lo que luego aportaban
esas ayudas. Ya hemos dejado de
acudir a ellos porque en 2019
aparecíamos en la adjudicación
provisional y luego nos retiraron
de la definitiva, lo que nos hizo la
faena. Ahora mismo no contamos
con mucho dinero y esto provoca
que, por ejemplo, dejemos de trabajar
tanto con los institutos
como hacíamos.
P.– ¿Está contenta con el avance
de la mujer en Santa María
del Águila?
R. – Creo que hemos avanzado
mucho, pero aún queda. Ahora
hay una especie de parón en este
avance, sobre todo en las nuevas
generaciones. Existe una regresión
importante condicionada a
que los cambios se han hecho a
nivel externo y no doméstico.
Desde la asociación realizamos
un estudio sobre la igualdad de
género en los jóvenes y los datos
asustaban.
P.– ¿Cree que el machismo ha
comenzado a crecer entre las
nuevas generaciones?
R. – Sí. No sé en qué nos estamos
confundiendo, pero hay algo. Las
asociaciones debemos ser más
valientes. Existe un discurso político
que, evidentemente, está
ahí e influye. Hay gente que ha
vuelto a discutir que la violencia
de género no existe y eso no es
normal. Jóvenes boicotean talleres
en sus aulas porque la nombras.
Incluso hay asociaciones de
mujeres que la niegan y solo se
dedican al ocio. Hay una gran
falta de definición y nuestro papel
es demasiado importante
como para no respetarlo.
P.– Para acabar, usted recibió
el Premio Meridiana, uno de
los grandes galardones andaluces
que reconoce su labor en la
defensa de la igualdad entre
mujeres y hombres. ¿Qué sensación
le produjo este reconocimiento?
R. – Fue un honor inmenso que
no me esperaba para nada. Cuando
me llamaron no me lo creía.
Lo movió la asociación y tenía
muchos avales a lo largo de la
provincia de Almería. Somos una
asociación pequeña y este premio
reconoce nuestra labor. Meridiana
es lo más importante que
nos han dado nunca y, si somos
capaces de unirnos, el mundo
cambia. Pero debemos ser valientes
para usar la voz y continuar
tomando conciencia.
F. F. Díaz-Delgado