Un trabajo brillante y exquisitamente elaborado, realizado de forma altruista por los miembros de las dos asociaciones y que sin duda superó con creces el nivel de años anteriores. Más tarde, comenzaba el recorrido de los niños por las casas del barrio, muchas de ellas cuidadosamente engalanadas para la ocasión, pidiendo caramelos como manda la tradición, para culminar la jornada sobre las 20.30 horas con una gran castañada en la Plaza de Antonio Archilla.
Un centenar de kilos de castañas se repartieron entre los numerosos asistentes a la castañada, en la que no faltó el buen ambiente, ni tampoco los caramelos y las chuches para los más pequeños. Para el alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, que quiso compartir con los vecinos la jornada festiva, “el encuentro vecinal fue todo un éxito y una excelente oportunidad para fomentar la convivencia y la buena vecindad entre las familias del barrio, y una ocasión más para la diversión y el disfrute de los más pequeños”.