Asegurar el riego para la principal fuente económica de la provincia ha sido uno de los objetivos fundamentales de las diferentes administraciones. Pensar que los pozos que nos aportan el agua del subsuelo se quedan secos o salinizados siempre ha generado intranquilidad en el primer sector económico local. Ahora se da un paso enorme con el anuncio de nuevas inversiones, más de 700 millones para toda la comunidad andaluza de los que 49 se van a emplear en obras en el Poniente almeriense. En El caso de El Ejido se van a poder beneficiar un total de 10.000 hectáreas de regadío.
Resulta, cuando menos, espectacular hablar de estas cifras en un tema tan importante como es el líquido elemento para el riego. En el año 1977 se declaró sobreexplotado el acuífero a causa del derroche permanente de agua que había por entonces entre otras cosas por algunas prácticas agrícolas hoy totalmente desterradas como fue el riego a manto o por inundaciónde cientos de hectáreas de parrales y enarenados.
La concienciación ha sido determinante y básica para poder hacer un uso racional del agua del riego viviendo capítulos muy interesantes como fue en su día la aparición del riego por goteo que se hizo con ayudas de la administración a la implantación de esta fórmula que tan excelentes resultados ha dado al campo almeriense. Hoy podemos decir con orgullo que la gota de agua más productiva es la que usamos en la provincia de Almería para producir miles de toneladas de hortalizas año tras año.
El concepto agua debe quedar claro para hacer un uso correcto de un bien necesarios y a disposición de todo el mundo y además básico para el ser humano y la vida en general, tanto la animal como la vegetal. El agua que tenemos es siempre la misma y por lo tanto la genialidad humana se basa en poder disponer del líquido elemento sin que nos falte en ningún momento. Hay que saber usarla y hay que tratarla de la forma más adecuada para no padecer su falta.
Con las obras que se anuncian los agricultores se van a sentir más seguros y es muy posible que ciertas disputas vividas en otros tiempos por el control personal del líquido elemento queden ya desterradas para siempre y acuñemos un nuevo concepto basado en la disponibilidad permanente de este bien natural único y básico. La frase “yo tengo mi agua, mi pozo…” creo que va a quedar en desuso pasando a ser algo así como “tengo el riego asegurado y el agua para beber también”.
La agricultura de Almería avanza, asegura su futuro con proyectos como este y dibuja un perfil en el horizonte antes nunca imaginado. Creo que estamos ante una enorme noticia que contrasta de lleno con todas esas advertencias relacionadas con el cambio climático y la sequía pertinaz.
José Antonio Gutiérrez