Ha muerto Alejandro Cruz, un gran vecino de Santa María del Águila

Ha muerto Alejandro Cruz, un gran vecino de Santa María del Águila

El pasado 6 de enero fallecía, en la residencia para mayores de Santo Domingo, Alejandro Cruz Moreno a los 82 años de edad

Alejandro nació con una deficiencia psíquica que no le permitió desarrollar su vida con normalidad, pero eso no fue un impedimento para que se convirtiera en uno de los vecinos más queridos y apreciados de este núcleo ejidense. Alejandro pertenece a una familia que llegó a La Aldeílla hace muchos años, procedente de Berja donde crecieron en el entorno de la agricultura y algunos hermanos se dedicaron al transporte por carretera.

Alejandro, a pesar de su deficiencia, siempre estaba colaborando con los actos sociales, culturales y deportivos del municipio. Tenía una habilidad especial para enterarse de los acontecimientos del pueblo que transmitía al resto de los vecinos, muchos de ellos se sentían y nos sentimos muy agradecidos por ese comportamiento de Alejandro, que tanto informaba de un fallecimiento como recordaba las misas de mes o de año de los difuntos vecinos.

Tenía una exquisita educación. Siempre que llegaba a un bar era el único vecino que saludaba a todos los presentes y en ocasiones estrechaba la mano con aquellos que llevaba tiempo sin ver. Era amable, jovial y arrancaba las risas de los presente con alguno de sus cometarios, siempre muy acertados sobre lo que estaba sucediendo en el pueblo. Mantuvo siempre un trato muy directo con los responsables políticos del núcleo a quien transmitía aquellas cosas que suceden en los pueblos y que hay que arreglar para una mejor convivencia de todos.

En los últimos años de su vida tuvo que ser trasladado al centro de mayores de Santo Domingo para ser atendido debidamente por los cuidadores del mismo, había cumplido 82 años, de vez en cuando salía y pasaba horas con la familia fuera del centro. El día de Reyes ya no amaneció para Alejandro, al parecer y según cuenta la familia, estaba en su cama y falleció durante la noche sin enfermedad alguna.

Alejandro siempre fue de esas personas indispensables que mantenía un trato directo con el peluquero, el zapatero, el dueño del bar, el mecánico, el responsable de la Junta Local, visitaba el mercadillo de los sábados, asistía a las misas de difunto y a los entierros, estaba en los acontecimientos deportivos, era fijo en las procesiones de las fiestas patronales o de Semana Santa y siempre tenía una palabra amable para todo aquel que se acercara a él. Muchos lo vamos a echar de menos, poseía una bondad única y una educación que otros que son absolutamente normales no tienen.

Alejandro, aquí dejas un recuerdo imborrable por la gran humanidad que demostraste siempre con todos los vecinos. Despertaste un aprecio enorme hacia tu persona.


Descanse en Paz