Al propio
presidente del Gobierno de España le ha “sorprendido” la actitud del campo y ha
dicho algo así como que está “correctamente subvencionado”. Por otra parte, los
agricultores se quejan de que los “expertos” que diseñan en Bruselas el futuro
de la agricultura europea “son gente de despacho y no de campo y por ello no
aciertan en nada”.
A todo esto,
las movilizaciones están siendo una verdadera locura a causa de las redes
sociales y las conexiones de grupos de WhatsApp que han cobrado un protagonismo
insospechado hasta el punto que una integrante de estos grupos se ha erigido
como la líder que encabeza parte de estas movilizaciones al frente del
denominado “6F”.
Por otro lado,
las tradicionales organizaciones agrarias, UPA, ASAJA, COAG y Unión de Uniones,
se han visto desplazadas por el protagonismo de los agricultores en redes
sociales sin contar con ellos para mostrar su descontento por la situación
actual.
A su vez, los
agricultores españoles han querido reaccionar a la “sublevación” de franceses,
belgas, alemanes, italianos o húngaros, de ahí las tractoradas que han puesto
patas arriba muchas carreteras españolas durante la semana pasada.
Así mismo, los
transportistas españoles que llevan meses esperando su oportunidad por la
fallida huelga del año pasado, también han movido ficha y quieren sumarse a los
paros convocados para hacer mayor presión al ejecutivo estatal.
No obstante,
las convocatorias se están haciendo vía teléfono y en muchos grupos se está
desvelando que hay más observadores y curiosos que activistas, con lo cual el
éxito de algunas “quedadas” está dejando mucho que desear.
El tema en
Almería está algo más enrevesado. Además de las condiciones generales de estas
manifestaciones y paro, en la provincia de la horticultura intensiva se une el
condicionante de que en febrero las explotaciones están en plena cosecha y una gran
parte de los agricultores no están en condiciones de dejar pasar la oportunidad
de recolectar hortalizas a precios más o menos rentables. En los grupos de WhatsApp
todos apuestan por la huelga y las movilizaciones, pero a la vez los centros de
manipulado y las subastas están abarrotadas de género para comercializar.
¿Qué nos espera
los próximos días? Ni se sabe. Lo mismo se llega al paro total, igual siguen
manteniéndose las escaramuzas de cortes de carreteras y tractoradas o incluso
se solicita un cierre de los centros de comercialización para intentar llamar
la atención con el desabastecimiento.
Nunca antes una
huelga fue tan compleja y nunca antes los medios para informar e informarse
fueron tan confusos como están siendo las redes sociales y los grupos de WhatsApp.
No obstante, el
mensaje al Gobierno y la Unión Europea ha sido contundente y claro. A ver si
reaccionan.
José Antonio Gutiérrez