Dalías es
diferente a cualquier pueblo del Poniente almeriense o de la Baja Alpujarra. La
constante reivindicación de tradiciones convierten a este lugar en una
población acogedora donde los que ya tenemos una edad podemos volver a recodar
sabores, tradiciones y situaciones
vividas en el pasado que dejaron huella en los jóvenes de entonces que hoy
somos más maduros.
Cientos
de persona disfrutaron en la Plaza de las Flores de unas “papas a lo pobre” que
ofreció la organización a vecinos y visitantes como parte de las viandas
preparadas para tal celebración. Posteriormente, una parte muy importante de
los asistentes a la comida comunitaria antes descrita se desplazaron a la
cafetería del Casino para degustar unos pasteles de la afamada ‘Pastelería
Escobar’ de este municipio y comentar cosas habituales y recordar el pasado de
mano de los más mayores.
El
ambiente que se crea en Dalías es único y todo el mundo se siente integrado
recordando el pasado brillante de este municipio. Esta localidad tuvo un
protagonismo muy destacado en el desarrollo económico del Poniente almeriense
cuando el municipio de El Ejido y el de Dalías estaban integrados en un mismo
territorio. El pasado de la uva de mesa marcó una etapa determinante en el
desarrollo económico de toda la comarca y posteriormente también tuvo
protagonismo en los primeros enarenados donde se cultivaron las primeras
hortalizas y verduras que más adelante llegaron a ser plantadas en los
invernaderos que conocemos hoy.
De la
época intermedia de los enarenados son los présules y los tirabeques que cada
año se degustan en unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Dalías para
promocionar la localidad y dar vida a los comercios locales con este pretexto.
Los
actos en torno a estos míticos vegetales dalienses dan paso a un ambiente local
único donde se fomenta la relación entre los vecinos y se abre la puerta a los
que llegan de otros puntos de la comarca para degustar sabores de antaño que
supusieron el sustento en algunos momentos para los ciudadanos de entonces.
Comidas muy bien elaboradas, baratas y surgidas de los cultivos de entonces.
Estos
actos y la colaboración de todo el pueblo dan un aire totalmente diferente a
Dalías, muy difícil de encontrar en otros lugares del Poniente almeriense, es
por ello que su fomento y apoyo institucional es absolutamente necesario para
conservar señas de identidad del pasado que han generado la nobleza y el
señorío que hoy disfrutamos cada vez que nos acercamos por estos lares.
José Antonio Gutiérrez