Dalías es diferente

Dalías es diferente

El pasado 28 de febrero tuve la ocasión de asistir a los actos que se habían programado en Dalías y pude disfrutar de las jornadas anuales sobre présules y tirabeques que se celebran en esta  localidad para rememorar lo que fueron estos vegetales en otros tiempos

Dalías es diferente a cualquier pueblo del Poniente almeriense o de la Baja Alpujarra. La constante reivindicación de tradiciones convierten a este lugar en una población acogedora donde los que ya tenemos una edad podemos volver a recodar sabores, tradiciones  y situaciones vividas en el pasado que dejaron huella en los jóvenes de entonces que hoy somos más maduros.

Cientos de persona disfrutaron en la Plaza de las Flores de unas “papas a lo pobre” que ofreció la organización a vecinos y visitantes como parte de las viandas preparadas para tal celebración. Posteriormente, una parte muy importante de los asistentes a la comida comunitaria antes descrita se desplazaron a la cafetería del Casino para degustar unos pasteles de la afamada ‘Pastelería Escobar’ de este municipio y comentar cosas habituales y recordar el pasado de mano de los más mayores.

El ambiente que se crea en Dalías es único y todo el mundo se siente integrado recordando el pasado brillante de este municipio. Esta localidad tuvo un protagonismo muy destacado en el desarrollo económico del Poniente almeriense cuando el municipio de El Ejido y el de Dalías estaban integrados en un mismo territorio. El pasado de la uva de mesa marcó una etapa determinante en el desarrollo económico de toda la comarca y posteriormente también tuvo protagonismo en los primeros enarenados donde se cultivaron las primeras hortalizas y verduras que más adelante llegaron a ser plantadas en los invernaderos que conocemos hoy.

De la época intermedia de los enarenados son los présules y los tirabeques que cada año se degustan en unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Dalías para promocionar la localidad y dar vida a los comercios locales con este pretexto.

Los actos en torno a estos míticos vegetales dalienses dan paso a un ambiente local único donde se fomenta la relación entre los vecinos y se abre la puerta a los que llegan de otros puntos de la comarca para degustar sabores de antaño que supusieron el sustento en algunos momentos para los ciudadanos de entonces. Comidas muy bien elaboradas, baratas y surgidas de los cultivos de entonces.

Estos actos y la colaboración de todo el pueblo dan un aire totalmente diferente a Dalías, muy difícil de encontrar en otros lugares del Poniente almeriense, es por ello que su fomento y apoyo institucional es absolutamente necesario para conservar señas de identidad del pasado que han generado la nobleza y el señorío que hoy disfrutamos cada vez que nos acercamos por estos lares.



José Antonio Gutiérrez