El Poniente es del PP

El Poniente es del PP

El Partido Popular lleva muchos años gobernando en casi todos los municipios del Poniente almeriense a excepción de algunas localidades como Vícar donde Antonio Bonilla ha establecido un reinado irreductible, o la excepción de La Mojonera

Cada vez queda más claro que el perfil del autónomo de la agricultura prefiere las políticas de centro derecha que ofrece esta formación política y de ahí ese tsunami de votos que han ido a parar al cesto del PP en la convocatoria de las Elecciones Europeas celebradas el pasado fin de semana.

La explicación es complicada, pero es evidente que la gran masa social de estos municipios tiene como objetivo final el poseer una explotación agrícola o bien crear una empresa de servicios para el sector agrario y muy posiblemente por ello los empleados y trabajadores por cuenta ajena no se hacen notar tanto en unos comicios como los celebrados el pasado fin de semana. El objetivo es ser autónomo y no trabajador por cuenta ajena, al menos en el primer sector de la economía del Poniente almeriense. Es cierto que hay muchos trabajadores vinculados al manipulado, una buena parte de ellos son familiares de quienes son los verdaderos propietarios de esos centros de elaboración de productos: los socios agricultores dueños de las explotaciones que producen esos productos hortícolas. Parece como si todo el mundo viera como idea política principal aquella que defiende los intereses del pequeño empresario.

No cala demasiado en estos municipios esa idea de acogimiento total de todos los inmigrantes que lleguen a la costa por la imperiosa urgencia de necesitar ayuda sea como sea y al precio que sea. Tampoco convencen esas políticas encaminadas a trabajar 4 días por semana. En esta parte del país con solo cuatro días laborales no se puede hacer el trabajo necesario para sacar adelante toda la tarea que impone un sector agrario como el que tenemos.

A los habitantes del Poniente les gusta la seguridad, el trabajo, siguen valorando conceptos como la honradez, el esfuerzo, y otros muchos valores que hoy no se contemplan como prioritarios en los idearios de algunas formaciones políticas de izquierdas que además son sustituidos por otras preferencias consideradas más banales por parte de la ciudadanía.

A todo esto hay que añadir un sentir general de rechazo hacia esas otras políticas que premian a aquellos que mantienen en el poder a un presidente socialista y castigan a quienes no comulgan con tales exigencias. El rechazo en contra del favoritismo de la izquierda gobernante por catalanes y vascos también se muestra de una forma genérica tras el recuento de las papeletas usadas por los ciudadanos del Poniente el pasado domingo.

Finalmente indicar que todos aquellos votos que no recoge el PP de la derecha caen en manos de VOX que en todos los municipios figura en segundo o tercer lugar y en algunos casos con una presencia más que notable.

Finalmente indicar que resulta especialmente significativo que tendencias políticas que debían de dar signos de debilitamiento y cansancio por el tiempo que llevan en el poder, están dando muestras no solo de supervivencia, si no que están incrementando su afianzamiento en una sociedad trabajadora, emprendedora y alejada de esas extrañas políticas de “chiringuito” que no están conduciendo a nada concreto y tal como surgieron van camino de desaparecer.



José Antonio Gutiérrez