Las contradicciones que nos afectan

Las contradicciones que nos afectan

Cada vez está más claro que los intereses de los que nos gobiernan tienen poco que ver con los de los ciudadanos

Los proyectos que proponen los que mandan no solucionan nuestros temas conflictivos y no nos dejan satisfechos. Una prueba de ello es el problema que estamos viendo con algunos asuntos que son fundamentales para nuestro día a día. Sin ir más lejos, el turismo que es un sector económico en continuo desarrollo en un país como España está enfrentándose a la contradicción de que en muchos lugares está siendo rechazado. Se han producido manifestaciones recientemente en Málaga y en Mallorca por la saturación de turistas en ambas ciudades. Este hecho también se ha constatado en Barcelona, siendo uno de los destinos más deseados por los bulliciosos visitantes. ¿Cómo es posible que esto ocurra cuando prácticamente la totalidad de los municipios costeros y muchos de interior de nuestro país tienen concejalías creadas expresamente para el desarrollo y difusión del turismo como objetivo fundamental para atraer a los visitantes que tantos ingresos nos dejan? No en vano, nuestro país duplica el número de habitantes cada año, si sumamos los residentes a los que nos visitan.

La inmigración también es otro tema de contradicción. No queremos inmigrantes, pero nos hacen falta. Por un lado, nos dicen que necesitamos a los inmigrantes para que ocupen todos esos puestos de trabajo que se quedan vacantes en sectores como la hostelería y la agricultura fundamentalmente. Por otra parte, nos quejamos de que vienen a quitarnos el trabajo y de que algunos de ellos no vienen precisamente a trabajar. Esto nos lleva a pensar que estamos sufriendo una saturación de migrantes que llegan de países con economías desfavorecidas y no son precisamente las personas que realmente necesitamos, pero sí están aquí.

Otra de las contradicciones la podemos centrar en el tema de la vivienda y no hay que irse muy lejos para darnos cuenta de que es así. En El Ejido están haciendo falta una gran cantidad de viviendas porque desde el año 2006 dejaron de construirse (a excepción de Almerimar). La población que está llegando a este municipio es cada vez mayor y aquellas casas que los bancos embargaron a los que no pagaron su hipoteca tras el ‘boom inmobiliario’ ya prácticamente están en manos de nuevos propietarios y apenas quedan disponibles. Si nos paramos a ver el panorama urbano del entorno ejidense vemos que apenas hay alguna grúa levantando nuevas edificaciones y eso nos va a llevar a un colapso en cuestión de pocos años. Dónde está el problema: las supuestas viviendas objeto de nuevos proyectos tendrían compradores con pocos recursos económicos y los promotores no ven una buena oportunidad en levantar nuevas casas para personas que tienen muy limitada su capacidad de compra.

Otro tema importante que también choca es el que nos enfrenta al futuro de la agricultura. Hace unos años nos decían todo lo que hacía falta para quitar el hambre en el mundo y cuánto debía de crecer la producción agrícola mundial. Cuando nos hemos esforzado por multiplicar las posibilidades de nuestra agricultura, ahora nos dicen que es precisamente esta actividad, la que está perjudicando al clima y está acentuando ese cambio climático tan temido para todos. No hay un punto medio en el que la agricultura sea buena o sea perjudicial, es evidente que los alimentos que proceden de la agricultura son fundamentales para sacar adelante la alimentación mundial, no obstante, la amenaza por la falta de agua está provocando importantes problemas para el desarrollo normal de la producción agrícola mundial. No terminan de ponerse de acuerdo quienes están a favor y quienes están en contra. En un lado ecologistas, en otro lado multinacionales que quieren seguir produciendo para alimentar el mundo y, lógicamente, hacer su negocio.

Pura contradicción, se mire por donde se mire.



José Antonio Gutiérrez