Cuando se percató de lo sucedido encontró uno de los candados que cierran el acceso a la finca que se lo había llevado y es por esa puerta por la que accedieron los asaltantes a la plantación. Los que penetraron en la finca, tras andar dentro de ella se acercaron a una de las bandas y empezaron a cortar anclajes de forma continuada hasta dejar libres una decena de tubos de una de las bandas de sujeción del invernadero.

El propietario ignora por completo cuáles eran las verdaderas intenciones de los que realizaron este acto vandálico, pues no consiguieron nada a cambio con esta actuación. Según sospecha este agricultor es posible que el corte de las sujeciones haya sido la reacción de estos individuos al no poder acceder a ningún sitio de la finca con materiales que puedan ser robados.

El recinto está protegido con una puerta exterior y el paso por las inmediaciones del invernadero es de fácil acceso. Los autores de este hecho tuvieron que penetrar en el recinto y tras romper el candado de una de las puertas entraron en la plantación que se encuentra plantada de pimiento. El propietario no encuentra ningún otro desperfecto en la finca y tampoco echa en falta ningún elemento de los habituales en estos invernaderos.

Por otra parte, niega mantener disputa alguna con nadie de su entorno por si pudiera tratarse de un acto agresivo de respuesta por alguna disputa con terceras personas. No encuentra explicación alguna para que alguien decidiera entrar en la finca con las dificultades que ha encontrado para ello y posteriormente hacer el daño en la estructura invernada anteriormente descrito.

Por último, solo queda recordar que los asaltos a los invernaderos han vuelto a la actualidad gracias a los ataques de las conocidas ‘collas del robo’ que se han pasado todo el verano robando en almacenes rurales de diferentes puntos del Poniente y más concretamente en la zona de Fuente Nueva entre El Ejido y Santa María del Águila.

J. A. Gutiérrez