La Unión Federal de Policía (UFP), a través de su secretaría provincial, denuncia la carencia de equipamientos de seguridad que sufren los agentes de la Policía Nacional en las comisarías de El Ejido y Almería. En concreto, el sindicato se refiere a s chalecos
antibalas y antipunzón exteriores. "Dichos funcionarios policiales están realizando sus funciones,
desde hace bastante tiempo, sin los medios adecuados de protección" aseguran en un comunicado, "perjudicando no solo al propio servicio policial sino a su propia seguridad e
integridad personal".
De acuerdo a los datos recabados por la organización, entregados por la Comisaría Provincial, son cerca de 200 efectivos (199 en total) que padecen la falta de este equipamiento. No obstante, cabe señalar que el servicio de armamento de la Comisaría Provincial de Almería ha
solicitado para el año 2025 un total de 250 chalecos externos, y que que a los funcionarios les ha hecho entrega de 149 chalecos interiores, de los cuales 15 están
caducados, a los que hay que sumar 37 que pasarán de fecha a lo largo de este año, según puntualiza la UFP. Estas cifras implican que sobre el 80% de los funcionarios de seguridad ciudadana en la provincia de Almería carecen de chaleco antibalas y antipunzón exterior.
"La utilización de un chaleco antibalas interior como exterior implica que
no se está haciendo el uso correcto, el que indica el fabricante", explican desde el sindicato, "lo cual puede implicar una nula responsabilidad por
parte del fabricante en caso de accidente por defecto del mismo, el
fabricante nunca se responsabiliza de daños y/o perjuicios causados por
un mal empleo del producto". Y además, señalan que para poder usar este material los agentes "se han de pagar de su bolsillo una funda exterior para dicho
chaleco interior".
A remolque de las tragedias
Como recuerda la UFP en su comunicado, en los últimos años el cuerpo de Policía Nacional ha vivido varios momentos en los que un agente ha salvado la vida gracias al equipamiento antibalas. Así ocurrió en enero d 2013 en Valladolid, cuando una policía en prácticas pudo taponar las puñaladas sufridas por un compañero, que no llegaron a mayor profundidad por el chaleco.
Sin tener que ir tan lejos, en junio de 2020 en Almería capital un efectivo recibió dos impactos de perdigones durante un tiroteo, resultando ileso gracias al equipo de seguridad. En febrero de 2023 otro efectivo salvó su vida tras resultar apuñalado en Cádiz durante la detención de cuatro individuos.
Sin duda, el caso más destacado fue el vivido en junio del año pasado, en la localidad jienense de Andújar, donde en una intervención policial
con un individuo, un agente falleció por un disparo en el estómago, y el
otro resultó herido grave por varias heridas, entre ellas una puñalada en la
espalda. Ninguno de los agentes portaban chaleco antibalas/antipunzón.
Desde la UFP lamentan profundamente "que las medidas preventivas se
adoptarán a remolque de las tragedias. La Ley marca como una prioridad que
se prime la seguridad del funcionario, pues no llevar un chaleco
antibalas/antipunzón te puede costar la vida, y se entregan a cuentagotas".
Además, consideran que "no es de recibo que nuestros policías nacionales
se jueguen la vida todos los días en las calles de todas las ciudades españolas
para garantizar la seguridad de los ciudadanos, y lo hagan sin ningún tipo de
protección".
Francisco Lirola