Neuralba planta cara al bullying con psicólogos especializados en infancia y adolescencia

Neuralba planta cara al bullying con psicólogos especializados en infancia y adolescencia

El objetivo de este centro es ofrecer a los familiares un abordaje integral de este problema, aunque se dé de manera muy sutil

El llamado ‘Bullying’ es un tipo de acoso escolar en el que un niño/a sufre daños psicológicos y físicos de forma reiterada e intencionada por parte de un compañero de clase o varios al mismo tiempo. Generalmente, esto se produce debido a que el acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su víctima para conseguir algún tipo de beneficio personal (sentimiento de satisfacción o superioridad) o social (aprobación y respeto de sus compañeros).

El bullying suele producirse en cualquier momento y lugar en el que los niños interaccionan y en el que los adultos no están especialmente pendientes como el recreo, los baños, la fila, los pasillos, los intercambios de clase y el momento de salir o entrar del colegio. A veces, incluso dentro del aula, cuando el profesor está de espaldas escribiendo en la pizarra y los alumnos quedan fuera de su campo visual.

Aunque no es fácil estimar la prevalencia del bullying en nuestras aulas, los expertos señalan que, aproximadamente, la mitad de los niños, ha sufrido acoso escolar en algún momento de su vida. Si bien es cierto que cualquier persona puede verse expuesta al bullying, el hecho de pertenecer a algún colectivo que los haga apreciarlos como diferentes incrementa las posibilidades. Ejemplos claros serían el Autismo, la discapacidad física, la discapacidad intelectual, la obesidad, la orientación sexual, la etnia, la religión o su origen familiar, entre otras.

Sin embargo, las causas que expliquen por qué un niño/a empieza a hacer bullying no siempre están claras. En términos generales, hay un problema de empatía, esto es, el acosador no es capaz de ponerse en lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento. Otros estudios reclaman que el origen hay que buscarlo en una situación socieconómica desfavorable, una dinámica familiar disfuncional o un historial de acoso encubierto. Dicho de otro modo, los acosadores fueron acosados en un primer momento por otras personas y aprendieron este comportamiento como un patrón normalizado.

Lo síntomas de bullying son extensos y abarcan pérdidas de memoria, problemas de atención, descenso en el rendimiento escolar, depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, malestar generalizado, cansancio, aislamiento social y un deseo expreso de no querer ir al colegio. En casos extremos, cuando el acoso llega a ser insoportable aparecen ideas e intentos de suicidio.

El acoso escolar no siempre es físico, como golpes, empujones o robo de material, sino que puede darse únicamente en un modo verbal (insultos o comentarios despreciativos). En los últimos años, el ciberbullying ha llamado la atención de los expertos ya que el uso de las nuevas tecnologías ha incrementado poderosamente esta opción donde el acosador se siente protegido por la distancia física que lo separa de su víctima. Son frecuentes, por desgracia, los mensajes groseros, amenazantes o intimidatorios, que los acosadores envían así como los rumores dañinos que se difunden sin control con el único afán de hacer daño.

En el centro Neuralba, cuentan con un equipo de psicólogos especializados en infancia y adolescencia que saben discernir y apreciar rápidamente los síntomas del bullying. El objetivo es ofrecer a las familiares un abordaje integral de esta problemática cuando se está produciendo aunque sea de manera muy sutil. De esta manera, se pone en marcha un protocolo para apreciar los daños sufridos en la víctima y poder intervenir directamente cuando antes. De igual modo, es vital ofrecer pautas a los padres y madres de manera que puedan manejar esta situación con el cuidado y la prudencia requerida, así como dialogar con el colegio del menor para que la institución pública o privada pueda intervenir sobre el acosador, informar a su familia, minimizar daños y evitar que situaciones similares puedan volver a producirse.