Después
de todos los movimientos contables previstos, la deuda se va a quedar en 107
millones de euros. No es una cantidad pequeña, pero está dentro de las
posibilidades económicas de este Ayuntamiento.
El ejidense
es posiblemente uno de los municipios que más deterioro acumula en los últimos
15 años. Uno de los principales motivos fue el estallido de la ‘Operación
Poniente’, que dejó al Consistorio ejidense en la bancarrota total. En estos 15
años, los ejidenses han tenido que hacer grandes esfuerzos para poder paliar la
deuda que atenazaba a las arcas municipales y a cambio no han tenido las
inversiones necesarias a la altura de un territorio económicamente muy
productivo y en constante evolución por la llegada continua de muchas personas
en busca de trabajo.
Es
evidente que el nivel social ha bajado considerablemente, gran parte de las
personas que ha acogido este municipio tienen un perfil económico bajo, solo
hay que ver el aspecto de la mayor parte de los nuevo comercios que se abren en
cualquiera de los núcleos ejidenses.
Las
inversiones públicas no solo aportan comodidad a los vecinos, dan también un
empuje a la imagen general que incentiva a nuevas empresas a instalarse en un
sitio como El Ejido. Las inversiones son necesarias para mejorar el entorno,
incentivar la inversión exterior y la local y devolver a los ejidenses tanto
esfuerzo económico y tanto esperar a que la situación económica sea mejor.
Que
los fondos de recuperación del COVID 19 llegados de Europa ya son una gran
inversión, sí, pero no son suficientes para un municipio que se quedó parado
después del paso de los Rolling Stones por Santo Domingo, el estallido de la
“burbuja inmobiliaria nacional” y posteriormente en plena recuperación, con el
azote del “COVID 19”.
El
Ejido ve ahora cómo centros de población como Roquetas de Mar crecen a un ritmo
muy acelerado, incluso teniendo que soportar la presión de la migración que
todos los pueblos mediterráneos de Europa soportan. Allí no hubo un frenazo
económico como el que se vivió en El Ejido por la paralización de su Ayuntamiento,
todo esto se nota y ahora los ejidenses esperan una reacción que tiene que
venir de la mano de la mayor institución del municipio, su Ayuntamiento.
La
deuda está controlada y los incentivos para construir viviendas que tanta falta
hacen siguen adormecidos y otros muchos que son necesarios poner en marcha
están adocenados. No estaría mal que empezásemos por algún sitio a dar muestras
de que este pueblo se mueve. Por lo menos para llamar la atención a ver si los
inversores se lanzan a la actividad económica y cambiamos un poco el devenir de
los acontecimientos.
José Antonio Gutiérrez