2025. Todo un año por delante

2025. Todo un año por delante

El nuevo año viene cargado de cuestiones pendientes, de expectativas y de asuntos que no han quedado definitivamente resueltos para bien de los ciudadanos

La sanidad pública se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Gobierno de Juanma Moreno. Los cambios que se han producido en el Hospital de Poniente han generado una gran cantidad de críticas empezando por los propios trabajadores del recinto hospitalario y continuando por la oposición que acusa a los populares de estar desmantelando la sanidad pública andaluza. Por otra parte,  hay que recordar que continúan las obras del hospital de Roquetas de Mar que seguramente va a ser un empuje importantísimo para que los ciudadanos de esta comarca tengan mejor atendida su salud.  No obstante, hay que recordar que en los hospitales de Almería hay una sobresaturación de pacientes que viene dada por la gran cantidad de personas que llegan a nuestras costas año tras año y que no son objeto de registro por parte de las autoridades.

En otro orden de cosas, está pendiente el control de la migración.  Aquí se produce una situación contradictoria porque las personas que llegan de fuera son fundamentales para mantener el trabajo en el sector agrario almeriense, pero su situación vital no es la más adecuada para personas que dejan atrás su tierra de origen y tienen que adaptarse a las nuevas costumbres y cultura del lugar de destino. Es una cuestión complicada y en el poniente almeriense todavía más por la gran cantidad de personas llegadas de otros lugares que tienen que integrarse en un entorno,  para ellos, desconocido.

Otro asunto de especial relevancia es la falta de vivienda para las clases medias y bajas.  Vemos los parques públicos llenos de niños, hijos de aquellos que llegaron desde otros lugares buscando trabajo en la agricultura de Almería.  A poco que nos fijemos advertimos que estas familias, especialmente las árabes, suelen ser numerosas, sin embargo, echando un vistazo al entorno no percibimos grúas de obra que estén levantando nuevos edificios para poder albergar a todos estos jóvenes que en un futuro van a necesitar una vivienda distinta a la de su padre. Es un problema que acecha a la vuelta de la esquina.

Por último,  quiero hacer referencia a otro asunto que es menos evaluable. Me refiero a la posibilidad de sufrir una DANA de consecuencias incalculables por la orografía del suelo en el Poniente almeriense.  La posibilidad de que caigan 600 litros de agua en horas está más que demostrado por lo que ha sucedido en Valencia y en otros puntos de la geografía española.  No queda más remedio que plantearse una tormenta de semejantes dimensiones en nuestro entorno,  ojalá no pase,  pero eso en manos humanas no está.

La Sierra de Gádor tiene ochenta y seis mil hectáreas y de ellas treinta y seis mil dan a la cara sur donde están todas las poblaciones del Poniente almeriense.  Una DANA que descargue en este perfil de la montaña puede ocasionar un auténtico desastre.  Quizá es el momento de plantearse si las medidas de evacuación de grandes cantidades de agua son las correctas en este momento.  Hay que recordar que la geografía local está muy marcada por múltiples ramblas que tienen la labor de conducir este agua entre invernaderos hasta zonas bajas del Poniente almeriense. Ya sé que es un tema molesto,  pero está ahí.  Sabemos por lo sucedido los últimos años que el mes de octubre viene cargado de incertidumbre después de esos veranos calurosos con temperatura de récord.  No estaría de más repasar todas las medidas que nos aportan más seguridad ante fuertes avenidas de agua que en parte están provocadas porque el suelo en el poniente almeriense no absorbe agua en su justa medida al estar cubiertas por plástico.

Dicho todo esto, solo me queda desearles un feliz año y que estos temas pendientes tengan la mejor de las soluciones para bien de todos.



José Antonio Gutiérrez