Cabras montesas en Aguadulce, al lado del casco urbano y a apenas unos metros de las viviendas. Esta es la curiosa estampa que han captado las cámaras de la Asociación SERBAL (Sociedad para el Estudio y la Recuperación de la Biodiversidad Almeriense) y que han compartido a través de sus redes sociales.
En las imágenes se pueden distinguir a tres machos pastando tranquilamente en la entrada al núcleo de Roquetas de Mar. Uno de los ejemplares, "el más grande", explican desde SERBAL, "lleva ya bastante tiempo por la zona, siendo incluso habitual verlo en las inmediaciones del puerto deportivo".
De acuerdo a la asociación, la especie llegó a los acantilado de El Cañarete, "donde la Sierra de Gádor se encuentra con el mar", a finales de los años 90. La población, poco a poco, se fue asentando en la zona y, casi tres décadas después, "es ya muy habitual verla por estos roquedos".
De Sierra Nevada a Cabo de Gata
La cabra montesa (Capra Pyrenaica) es una especie endémica de la Península Ibérica, como cuentan desde SERBAL, que antiguamente se encontraba presente todos los puntos montañosos de nuestro país. Sin embargo, a lo largo de la historia, la presión cinegética y la deforestación de su hábitat acabaron por reducir drásticamente su población, que, para finales del siglo XIX, ya era muy escasa. La especie se extinguió en la provincia de Almería a mediados de la pasada centuria, quedando pocos ejemplares en algunos puntos aislados de Sierra Nevada.
La clave para recuperación de este caprino tan característico de nuestra fauna fue la creación de las primeras reservas de caza a mediados de los años 60. A finales de esta década, la población estimada de cabras montesas en Sierra Nevada era de 600 individuos, pero, para el año 1982, la cifra se elevó hasta los 2.300. Fue en esta época cuando la especie empezó a recuperar sus antiguos territorios, empezando por la Sierra de Gádor.
Desde ahí pasaron, en los años 90, a la Sierra de Los Filabres, avorecida en parte por las reintoduccciones realizadas en Baza. En los últimos años del siglo XX, empezaron a ser vistas en Sierra Alhamilla y en los acantilados costeros de El Cañarete, en Roquetas de Mar y, ya en los 2.000, aparecen las primeras en Sierra Cabrera, a un paso del Cabo de Gata.
Los activistas tienen constancia de la presencia de la cabra montesa en este paraje natural desde el año 2009, primero en el entorno del Algarrobico y la Cueva del Pájaro, donde se dejaron ver, sobre todo, hembras con sus crías. Es n 2015 cuando los caprinos dan el salto definitivo a la zona del Cabo de Gata, "son vistas en 2016 en Mesa Roldan, en 2017 en el entorno de la Cala de San Pedro y en 2018 en las Negras, Rodalquilar y las Amatistas", explica la asociación, "pero la especie también ha entrado por el lado occidental del Parque, con individuos seguramente procedentes de Sierra Alhamilla, y en 2017 es citada en la Serrata y en 2018 también cerca de los Albaricoques y el Cerro del Cura".
Francisco Lirola