Lo de la rebaja de los módulos fiscales en agricultura de El Ejido no tiene nombre

Lo de la rebaja de los módulos fiscales en agricultura de El Ejido no tiene nombre

No sé lo que tiene que pasar para que el Gobierno considere que los agricultores han sufrido pérdidas por la caída de granizo en las plantaciones agrícolas de El Ejido


Todos los que conocimos la granizada del pasado 28 de octubre de 2024 sabemos que en ese momento las cosechas estaban a punto de recolección y había toneladas de verduras en las que se había invertido mucho dinero para poder comercializar en los mercados internacionales.  Tras la nefasta caída de hielo en apenas media hora muchas de esas toneladas se quedaron en el suelo, no se pudieron comercializar y algunos de los invernaderos que cubrían esas cosechas se vinieron abajo y ya no se pudo recolectar nada de lo que quedó bajo la estructura hundida.  Por otra parte, muchas cubiertas de plástico quedaron absolutamente destrozadas y otras seriamente dañadas, aquellas que no se cambiaron inmediatamente estuvieron provocando efectos negativos en la cosecha que quedó y en las posteriores que hubo en esos invernaderos, provocando considerables pérdidas por la falta de cobertura de un plástico en perfectas condiciones.

Todo esto analizado por el Gobierno da para decirnos que las pérdidas solo alcanzaron el 17 por ciento y no el 30 que es el mínimo necesario para que se produzca una reducción en los módulos fiscales que se aplica en la declaración de la renta que afecta a los agricultores.  No entiendo bien, desde mi punto de vista de informador, cuáles han sido los parámetros que se han seguido para llegar a esta conclusión,  pero coincido abiertamente con Andrés Góngora, secretario general de COAG,  que en este caso y habida cuenta de lo que sucedió aquel 28 de octubre y lo que ha venido sucediendo desde aquel momento en otras partes del país,  ha faltado sensibilidad para aplicar un criterio político y no técnico a la decisión de ayudar a estos agricultores que tanto aportan a la arcas públicas todos los años.

Todos sabemos que el dinero que se destina a la agricultura en subvenciones y ayudas producen unos beneficios fiscales enormes al Estado en forma de impuestos.  La agricultura de Almería está en continua evolución y cada vez produce más, lo cual significa que el pago a la Agencia Tributaria cada año es mayor.  Si de todos es conocido y esto es así, no termino de entender cuál es el miedo o la reticencia que pueda tener el Gobierno central en adoptar un acuerdo político para ayudar a unos agricultores que sufrieron el azote de aquel granizo con tamaños de bolas de golf.

Luego cuando vierten las aplicaciones de unos y de otros acusándose a ver quién ha dado menos a los agricultores resulta lamentable escucharlos porque no tenemos muy claro que el primer sector económico de la provincia de Almería es la agricultura y que en torno a ella se mueve una provincia que está evolucionando continuamente y donde existen miles de trabajadores que viven del resultado de los invernaderos.

¿No sería más razonable que nuestros representantes políticos compitieran por aportar soluciones que ayuden a nuestros productores a recuperar lo perdido con una inesperada granizada que no se ha dado nunca desde que hay invernaderos? Parece que esto es mucho pedir y nos vamos a quedar en aquello de que “la culpa la tiene el otro”.

Tenemos asumida la idea de que los agricultores ganan mucho dinero y eso no es así. Los productores mueven mucho dinero en una agricultura vanguardista muy activa y en la que es necesario invertir mucho capital, lo cual no significa que estén cubiertos en todo tipo de contingencias. El granizo de aquel 28 de octubre quitó a algunos agricultores su trabajo.



D-CERCA