La familia del hombre que falleció por un tiroteo el
pasado 2 de mayo denuncian “la alevosía” con la que los dos sospechosos,
detenidos recientemente, acabaron con su
vida.
Jonnathan G.M., o ‘Jony’, como lo conocían, de 37 años,
padre de familia numerosa y vecino de Ugíjar (Granada) fue tiroteado en el
aparcamiento de una gasolinera situada en la Rambla de la Juvilla Vieja, en el
municipio de Berja. Junto a él iban su hermano y otro familiar. De acuerdo al
relato de los testigos, los presuntos homicidas remataron a Jonnathan cuando se
encontraba tirado en el suelo, gravemente herido tras recibir varios disparos.
Ahora, su esposa y familia piden el ingreso en prisión de
ambos, según trasladan desde el equipo de penalistas de Aránguez Abogados, que
ha asumido su representación.
“Estos extremos han generado una profunda situación de
alarma social entre la comunidad cercana a la víctima” esgrimen en el despacho,
“junto al evidente riesgo de fuga y de alteración de fuentes de prueba, suman
requisitos más que evidentes para aconsejar el ingreso en prisión provisional
de los detenidos”.
La investigación está en manos del Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción número 1 de Berja, que ha decretado el secreto de
sumario para el caso.
Ajuste de cuentas
El 20 de mayo la Guardia Civil detuvo a los principales
sospechosos del tiroteo de Berja en el que también acabó herido un hombre de 45
años.
De acuerdo a La Voz de Almería, se tratarían de dos
hermanos localizados en el núcleo ejidense de Matagorda, donde ha habido un
gran despliegue policial que ha incluido también varios registros.
Fuentes relacionadas al caso trasladan a D-CERCA que los
presuntos responsables del tiroteo
serían familiares cercanos del menor asesinado el pasado 7 de marzo en
el barrio de La Loma, en lo que se ha dado a conocer como el crimen del
triángulo amoroso de El Ejido.
‘Jony’, la víctima del tiroteo de Berja, era primo de R. H. G., el hombre que asestó tres disparos
a este joven de 17 años y que luego se suicidó. El móvil del homicidio, según
la hipótesis inicial de la Policía Nacional, fue que la pareja de R. H. G.
mantenía una aventura con el menor, lo que lo llevó a matarlo movido por los
celos, aunque este extremo aún no ha sido confirmado.
Con esta historia de fondo, desde el primer momento se
sospecha que lo sucedido en la gasolinera virgitana se trata de un ajuste de
cuentas entre las familias implicadas en estos truculentos hechos.
Francisco Lirola