¿Quién tiene la culpa de lo que sucede con los inmigrantes?

¿Quién tiene la culpa de lo que sucede con los inmigrantes?

Durante estos días estamos viendo los duros acontecimientos que se están desarrollando en la localidad murciana de Torre Pacheco a raíz de una agresión a un anciano de 68 años por parte presuntamente de un inmigrante

Es inevitable a los que somos ejidenses que no nos venga a la memoria los acontecimientos que tuvieron lugar en el año 2000 a raíz del asesinato de una chica el 5 de febrero de ese año en Santa María del Águila.  Aquellos enfrentamientos nos demostraron que la violencia en estos casos solamente sirve para seguir empeorando las cosas porque después de aquello todo lo que se auguraba que iba a suceder con una considerable tendencia a ir a peor no sucedió, no se cumplió para sosiego de todos. 

No obstante, dicho esto, el mensaje está claro, aquellos que se quieran tomar la justicia por su mano en algún acontecimiento desagradable que haya tenido lugar en tierras murcianas mejor que vayan olvidando el odio y se ciñan a lo que las autoridades y la Justicia ordenen estos casos, ahorrarán tiempo y problemas.

Aún así, me gustaría referirme a las palabras del ministro Fernando Grande-Marlasca con las que ha culpado a Vox por sus mensajes de lo que está sucediendo en la Región de Murcia.  Me parece un hecho deleznable, cuando menos, que el ministro se olvide de todo lo que no ha sido capaz de hacer para controlar la llegada de personas de otros países. Igualmente me parece criticable que esté hábil y rápido para aprovechar el momento, las circunstancias y los hechos en beneficio de su propio Gobierno que se encuentra en estos instantes en la peor coyuntura posible desde que empezó la legislatura.

Es evidente que una inmigración controlada puede dar unos resultados totalmente distintos tanto para la población autóctona como para los que llegan.  Es cierto que muchos de los que vienen por primera vez son pobres cargados de necesidades y, como cualquiera en esas circunstancias, es posible que los primeros alimentos los consiga delinquiendo. Dada tal circunstancia lo deseable es estar atento a esas personas y no que deambulen sin control por cualquier lugar del territorio español como está ocurriendo en estos momentos.  El Gobierno de España tiene la mala costumbre de centrar la responsabilidad en aquellos que le parece bien.  Para muestra lo que está sucediendo con las inspecciones de trabajo en la agricultura almeriense.  Si la Inspección de Trabajo encuentra a un trabajador inmigrante en un invernadero sin la debida documentación el agricultor es sancionado,  el ministro que ha permitido que el inmigrante esté en suelo español buscando trabajo sin la debida documentación no le pasa absolutamente nada, el culpable es el agricultor, el inmigrante supuestamente tampoco y al final lo que se consigue es que sigan viniendo más inmigrantes en esas mismas circunstancias y nadie es capaz de responder porque no hay una regulación que evite efectos dañinos y no deseados tanto para unos como para otros.  

La inmigración se está usando como arma política y eso va a terminar estallando entre todos nosotros. El Gobierno es incapaz de escuchar la voz del pueblo que pide regulación para evitar marginalidad y aquellos que vengan a colaborar serán tratados igual que los autóctonos, ni más ni menos y si el que delinque es de aquí, pues que lo pague exactamente igual que si fuera de allí.



D-CERCA