Miles de personas vivieron una jornada inolvidable acompañando a Santa
Ana y a la Virgen del Carmen en su emotiva procesión marítimo-terrestre tras la misa de la mañana.
Con sus nuevos tronos y rodeadas de emoción, ambas imágenes recorrieron
tierra y mar entre vítores y sentimiento. El tradicional lavado de cara
en el faro, este año a cargo de Pilar Guerrero y el costalero Daniel
Martos, y la travesía en los barcos Audaz III y Nuevo José y María,
rodeados de embarcaciones engalanadas, ofrecieron momentos únicos que
finalizaron con espectaculares fuegos artificiales.