“El tratado de comercio e inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos representa un serio peligro para la democracia y la debida protección de los derechos en materia de sanidad y educación, del medioambiente, nuestros derechos digitales o como consumidores y antepone el interés comercial de los inversores y empresas transnacionales al interés general”, según ha explicado Pedrosa, quien denuncia además el secreto con el que se está tratando este tratado.
Se trata de una mayor liberalización de las relaciones comerciales EE.UU-UE que tal como está concebida implicaría una rebaja de los estándares europeos y americanos, es decir de las regulaciones que protegen al consumidor, a los trabajadores y al medioambiente, ya que se enfrentan a los beneficios de las corporaciones. De esta manera, y bajo este principio, se pondría fin al “Principio de precaución” vigente en Europa que regula la legislación sobre alimentación y derechos de los consumidores europeos.
Esto traería consecuencias para el municipio de El Ejido muy particulares, “el TTIP iguala la normativa europea con la estadounidense en materia de seguridad alimentaria y producción agraria, y eso supondrá una competencia desleal impresionante para nuestros agricultores. Por eso desde Izquierda Unida estamos trabajando para parar ese acuerdo”.
El campo almeriense, y el ejidense en particular se identifica por sus denominaciones de origen y su norma de calidad integrada y ecológica, que son normas punteras en Europa. “Si el TTIP entra en vigor está previsto que las denominaciones de origen desaparezcan y además la estrategia de diferenciación y calidad se perdería, con los que nuestros productos serían unos más, compitiendo con otros de peor calidad y menor coste de producción”, advierte Navarro.
Esto va a pasar, explica el grupo municipal de IU El Ejido “porque está previsto que los productos no se identifiquen: un tomate un pimiento va a provenir del país en el que la multinacional tenga sus intereses ya que además al desaparecer los estándares de calidad al consumidor no sabe lo que compra: no vamos a saber lo que vamos a comprar, por lo que la multinacional en cuestión va a tratar de comprar hortalizas al menor coste de mercado independientemente de la calidad”.
Además, y según ha explicado la edil Belén Navarro, “la agricultura almeriense dejaría de ser competitiva porque en los países ajenos a la Unión Europea se permite una cantidad de producto fitosanitario que aquí están prohibidos, por el principio de precaución, pero en EEUU no. Si nos informáramos y viésemos la cantidad de productos que llevan los alimentos allí nos echaríamos las manos a la cabeza”.
En tercer lugar, este tratado sería muy perjudicial para la agricultura ejidense “por el tema de los transgénicos. En Estados Unidos un 70 % de la comida proviene de los transgénicos, para que me hagan una idea. En el momento en el que entre en vigor el tratado el mercado se inundará de semillas transgénicas, que no está nada claro que no tengan efectos nocivos para nuestra salud. Pero es que además contaminarían el resto de cultivos porque los cultivos transgénicos necesitan espacios geográficos enormes, para que los polinizadores no contaminen otros cultivos. Donde se han implantado estos cultivos transgénicos se ha asociado, hay pruebas científicas que así lo determinan, un incremento exponencial del uso de herbicidas, la expansión de monocultivos y un aumento de los costes a lo largo de la cadena alimentaria. Los impactos sociales, ambientales y económicos, son graves. Todo esto no solamente lo decimos nosotros, lo dicen multitud de organizaciones, ecologistas y sobre todo organizaciones agrarias como la COAG, que se opone frontalmente al TT IP”.
Para frenar todo esto, desde IU se ha iniciado una campaña informativa, frente a la desinformación del gobierno del PP, que dice proteger los intereses de los agricultores, pero lo que defienden es los intereses de las multinacionales. El PP no solo nov a informar de este tratado, sino que va a desinformar, vendiéndonos las supuestas bondades de este tratado, que no son tales, ya que supondrán la ruina de nuestro campo”.
Por todo ello, la moción de Izquierda Unida solicita esa oposición desde El Ejido a este tratado, pero además otras muchas cosas:
-Solicitar del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas del Gobierno de la Nación su apoyo a mantener el carácter público de los llamados servicios socialmente útiles.
-Solicitar del Ministerio de Economía la suspensión de las negociaciones del TTIP y otros acuerdos comerciales similares (como el CETA, Acuerdo de Libre Comercio entre Canadá y la UE, y el TISA, acuerdo multilateral para la liberalización y privatización de todo tipo de servicios públicos), con la finalidad de conseguir:
1. Que mecanismos como el ISDS no sean incluidos en éste ni en ningún otro tratado.
2. Defender la actual política reguladora de la UE y de sus Estados de manera que no se pierdan competencias en materias de legislación social, protección al consumidor y medio ambiente, evitando la participación de las ETN en la regulación.
3. Que el tratado no se limite a objetivos meramente económicos y se le dé la misma importancia y sean de tratados de igual forma en el acuerdo los objetivos sociales y los ambientales.
4. Que se termine la actual falta de transparencia de las negociaciones, se haga pública toda la información y se abra un debate público en la UE y sus respectivos parlamentos nacionales, autonómicos y locales.
5. Que los servicios públicos y la propiedad intelectual sean excluidos del acuerdo.
-Dar traslado de los acuerdos al Gobierno de la Nación, a todos los Grupos Parlamentarios del Congreso de Diputados y a los grupos parlamentarios del Parlamento de Andalucía.