La romería arrancó a las seis de la tarde con una misa rociera en Guardias Viejas, cuya Iglesia acogía a familias enteras de peregrinos dispuestos a impregnar la costa y las playas de ese sentir tan profundo y arraigado a la Virgen del Rocío que existe en el municipio que cuenta con casi 3000 rocieros.
A su paso por las playas de Almerimar la romería dejaba una imagen cuanto menos curiosa de turistas, bañistas y visitantes entremezclándose y compartiendo esta devoción.
Pero el momento más álgido tuvo lugar en la Iglesia Sagrada Familia de Almerimar, donde cientos de personas esperaban la llegada de las carretas que portaba el sin pecado. Allí la emoción se dejaba sentir en la ofrenda de flores que los peregrinos realizaron.
Tras ello los peregrinos volvieron al camino para dirigirse a la playa de Poniente dónde se ha realizado la convivencia y un multitudinario rezo del rosario a las doce de la noche, que pondría el punto y final a los actos religiosos y a la romería en sí.