“Nunca he querido irme de mi casa ya que como en ella no me siento en ningún sitio”

“Nunca he querido irme de mi casa ya que como en ella no me siento en ningún sitio”

Esta semana D-Cerca ha entrevistado a María Sánchez Olivares, una ama de casa de ha dedicado su vida a cuidar de sus siete hijos.
Pregunta. - ¿Dónde nació?
Respuesta. -Yo nací en Ocaña, y allí pasé toda mi juventud hasta que conocí al que fue mi marido y nos casamos en un pueblo de la sierra, Nacimiento. 
 
Pregunta. -¿Por qué decidió venirse a vivir a El Ejido? 
Respuesta. -Cuando falleció mi marido fue muy duro superarlo y, sobre todo, la soledad que me dejó. A pesar de tener visitas a diario, las noches se hacían eternas y finalmente mis hijas me convencieron para venirme a vivir a El Ejido. Nunca he querido irme de mi casa ya que como en ella no me puedo sentir en ningún sitio, pero al final comprendí que era lo mejor. Además, mi hija mayor viene a visitarme en verano y esos meses sí me voy a vivir a Nacimiento. 
 
Pregunta. -¿Cuánto tiempo estuvo casada con su marido? 
Respuesta. -El murió hará en septiembre 13 años. Nos quedamos a tres meses de celebrar las bodas de oro. Siempre fue un hombre muy apuesto. Antes de conocerme a mí, tenía a todas las jóvenes del pueblo detrás de él. Todas estaban locas por él porque era un hombre guapísimo. Y al conocerme, se terminaron todas las novias para él y solo estaba yo. Era un orgullo para mí que viviendo bastante lejos y, sin haber coches en aquella época, viniese a verme todos los días en su mula blanca. 
 
Pregunta. -¿Cuántos hijos tuvieron? 
Respuesta. - A pesar de lo complicado que era dar a luz en aquella época, he tenido 7 hijos. Los tuve en el cortijo donde vivíamos y mi madre y mis cuñadas me ayudaban. Tuve cuatro niñas y tres niños. A día de hoy mantengo contacto con todos ellos y estoy muy orgullosa de lo que han logrado en la vida. Por suerte, los tengo a todos cerca menos a mi hija mayor, María, que vive en Barcelona y es la que viene a visitarme durante el verano. 
 
Pregunta. -¿Qué sería para usted lo peor de la época que le tocó vivir en su juventud? 
Respuesta. -Sin duda lo peor es lo caro que era ir al médico. Pasábamos muchas penurias a la hora de ponernos enfermos y necesitar ir al médico, tanto por la falta de transporte como por lo costoso que era. A esto se sumaba la falta de recursos, el agua teníamos que ir a cogerla al río, incluso íbamos cogiendo agua de los charcos con un cántaro. Y, la ropa, la lavábamos en el río con ayuda de una piedra. 

Pregunta.- ¿Un mal recuerdo de aquella época tan dura?
Respuesta. -La verdad que viví muchos momentos duros en mi juventud. Uno que nunca olvidaré será cuando mi primera hija tenía dos años y se puso muy enferma. Le dio un ataque de Difteria, en aquellos tiempos era una enfermedad mortal. Yo estaba a punto de dar a luz a mi segundo hijo, por esto mi marido y mi madre llevaron a la niña al médico, en burro. Al llegar el médico dio por perdida a la niña, pero gracias a las inyecciones salió de ese estado crítico. A esto se sumaron las medicinas necesarias para que mi hija se mejorara del todo. Tuvimos que gastarnos todos nuestros ahorros para poder comprarlas. Gracias a Dios acabó salvándose. 

Pregunta - ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? 
Respuesta. -La verdad que no tengo muchas cosas que hacer. Tengo la vista y la pierna derecha muy delicadas. Paseo un poco para no quedarme invalida y le rezo mucho a Dios, ya que soy una persona muy creyente. 
 
Pregunta.-¿Qué desearía haber hecho en su juventud si hubiesen sido otras las circunstancias? 
Respuesta.- Me ha faltado divertirme, salir a bailar, al cine. La situación que viví no me permitió hacer esas cosas. Pero hoy en día no me gusta hacer nada de esto, me he acostumbrado a la vida en casa y no me apetece salir a bailes o ir al cine. 
 
Pregunta. -¿Si pudiese cambia algo, que cambiaría? 
Respuesta. -El sufrimiento que me causan mis enfermedades. Mi falta de visión y de agilidad. Sobre todo, la vista. Desde pequeña he sido miope, pero me operé y quedé estupenda, podía ver incluso sin gafas. Pero a los tres años de operarme, estaba limpiando y al levantarme, me di cuenta de que no veía por un ojo. Me había dado un desprendimiento de retina y desde ese momento perdí el ojo derecho. Por el ojo izquierdo tampoco veo completamente bien, por lo que tengo que tener mucho cuidado cuando se me cae algo al suelo o cuando ando por si hay algo en el suelo y me tropiezo. 
 
Pregunta. -¿Qué consejo le daría a la gente de hoy? 
Respuesta. -Creo que el mejor consejo que puedo darles es que sean buenas personas. Hoy en día la gente guarda mucho rencor y lo que deberían de tener en cuenta es que hay un Dios arriba que es el que juzga. Nosotros debemos de apoyarnos y ayudarnos.