Ángel Gómez es el entrenador perfecto para dirigir al Poli Ejido CF juvenil

Ángel Gómez es el entrenador perfecto para dirigir al Poli Ejido CF juvenil

Contando con una amplísima experiencia como técnico de base en fútbol y fútbol sala, el ejidense posee el título de Nivel II y lleva la profesión en la sangre

Hablar de fútbol de formación en El Ejido trae a la mente de forma inmediata un nombre y apellido, compartidos por un padre y su hijo, Ángel Gómez Garrido, quien en esta primera temporada de la historia del Poli Ejido Club de Fútbol lleva las riendas del equipo de categoría juvenil que milita en la Tercera División Andaluza, teniendo una larga y ancha experiencia en los banquillos, pues desde muy joven ha estado ejerciendo como entrenador.

Ligado al deporte desde que nació, Ángel posee el título de Técnico Deportivo de Fútbol de Nivel II (la segunda titulación más alta) y se inició en el fútbol “como la mayoría de los niños, empecé jugando en las Escuelas Deportivas Municipales de Fútbol Sala a la edad de ocho años, concretamente en los colegios Ramón y Cajal y Diego Velázquez. Allí tuve de entrenador durante muchos años a mi padre, Ángel Gómez Sánchez, del que aprendí lo más importante del deporte base: la seriedad, el respeto, la disciplina, el cariño y la educación que los entrenadores-formadores debemos transmitir a los niños y niñas).

“Además de eso, me empapé a fuego lento de todos los conceptos tácticos, técnicos, físicos y psicológicos del fútbol y fútbol sala”, señala el míster celeste, recordando que “mi primer año en el fútbol federado fue en el CF Sporting 84, en categoría infantil”, entidad que dirigía “José Roberto Vaca, que también era profesor mío en el Diego Velázquez. En categoría cadete jugué en el CF Atómico Velázquez, fundado, creado y entrenado por mi padre, donde pasé años maravillosos y aprendí mucho”.

En la etapa de juvenil “milité en la UD Berja, con Francisco Maturana de entrenador, y conseguimos la clasificación para poder disputar la fase de ascenso de categoría pero, por aquel tiempo, el club no atravesaba un buen momento económico y no había presupuesto, así que nos quedamos con todas las ganas. Mi padre, que era el entrenador del primer equipo, me dio la oportunidad de debutar con el sénior que estaba en Regional Preferente”.

Debut en los banquillos

Igualmente, el ejidense relata que “ya como jugador sénior no he jugado en ningún equipo federado”, aunque “sí en infinidad de equipos de fútbol sala, fútbol 7 y futbol en ligas municipales. Mi padre fue quien me animó a entrenar y empecé en el Átomico con 15 años, en las Escuelas Deportivas Municipales del Instituto Municipal de Deportes”.

Dirigiendo aquel año 1993 “a un equipo prebenjamín, ya supe que aquello no solo me gustaba sino que tenía claro que yo quería ser entrenador. Comenzamos con escuelas pero enseguida hicimos varios equipos federados de fútbol en categorías infantil y cadete”. Fueron años “de mucho trabajo y responsabilidad, donde no todo vino de cara pero los recordamos con mucho cariño, y no solo nosotros, sino todos aquellos niños que jugaron con nosotros y que todavía hoy nos lo recuerdan y agradecen”.

No en vano, “el Atómico representaba para nosotros una gran familia donde se daba la oportunidad a muchos niños de poder jugar en competición federada además de las escuelas”. Por entonces, “El Ejido era un pueblo que crecía muy rápido y había mucha demanda de práctica de fútbol”, si bien “solo existía un club con equipos federados, que era el Club Polideportivo Ejido, en el cual, solamente había uno o dos equipos por categoría y no cabían todos los niños que querían jugar”.

En 2002 comenzó su andadura en El Ejido Futbol Sala, “entrenando al equipo cadete y quedando subcampeones de liga, nos clasificamos para jugar el Campeonato de Andalucía donde fuimos eliminados por el Club Mutrayil FS de Motril”. La temporada siguiente dirigió al conjunto benjamín de El Ejido FS, obteniendo de nuevo un subcampeonato liguero y otro copero, siendo “muy buenos años de aprendizaje donde se portaron muy bien conmigo, tanto directiva como demás entrenadores”.

Del fútbol sala al Poli

Nuevas experiencias llegarían en los veranos de 2003 y 2004, cuando “fuimos a Barcelona a jugar la Superbowl en categoría benjamín de fútbol 7, donde quedamos subcampeones el primer año y campeones el segundo. Fue una experiencia impresionante para los niños, los padres y las madres que lo pasaron genial, y no solamente por el éxito deportivo”.

Precisamente en 2004, Rafael Salguero, en aquel momento coordinador de fútbol base del CP Ejido, “me ofreció llevar un equipo de fútbol 7 en dicho club y después de una difícil decisión, pasé de El Ejido FS al antiguo Poli, estando allí ocho años”, asegurando que “con Rafa Salguero y Cisco al frente del futbol base pasé los mejores años de mi vida como entrenador por muchos motivos”.

Así, Ángel Gómez explica que “había una organización casi perfecta, llevábamos un plan de entrenamientos perfectamente coordinado, había unas instalaciones magníficas, presupuesto para material de entrenamientos y de ropa para los niños, autobuses para los partidos de fuera y, sobre todo, un muy buen ambiente de trabajo entre entrenadores, coordinadores, delegados, padres y niños. En fin, se le dio a la cantera una gran importancia y los que amamos las bases disfrutamos mucho aquella época”.

Por otro lado, aprovechó esos años para cursar y aprobar los niveles I y II de Técnico Deportivo de Fútbol por la Delegación Almeriense de la Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) con Martín Doblado (actual delegado de la RFAF en Almería) de tutor. Además, Ángel estuvo tres años como coordinador de Escuelas Municipales de Fútbol 7 y Escuelas Federativas del Centro de Estudios, Desarrollo e Investigación del Fútbol Andaluz (CEDIFA).

Nuevas vivencias

Sobre las escuelas del CEDIFA, relata que “eran una cosa muy bonita porque, con ayuda de los monitores de nuestras escuelas, hacíamos una ‘selección’ de los niños y niñas que participaban en estas y se hacían concentraciones de varios equipos de otros municipios: Roquetas, Adra, Garrucha, Vera… se jugaban varios partidos la misma mañana y nos lo pasábamos muy bien. Era un ejercicio magnífico para ir viendo a los niños que iban despuntando para que, en temporadas siguientes, pasaran a formar parte de los equipos federados del club”.

Llegando el ocaso del Polideportivo Ejido, “al final de esta etapa todo cambió, entró otra directiva, otra dirección deportiva, y junto con José Domínguez ‘Pino’ fui coordinador del fútbol base durante una temporada, la última. Después volví al fútbol sala y estuve dos temporadas, entrené al prebenjamín y quedamos campeones de liga, consiguiendo el ascenso de categoría”, continuando el siguiente curso ya con el combinado benjamín”.

Tantas y tan variopintas vivencias le hicieron “darme cuenta de que necesitaba un descanso y estuve tres años sin coger el silbato”, aunque “hace tres años volví a las escuelas aumentando el número de niños cada año y con mucho trabajo, hasta la aparición del Covid-19 en marzo. Hace dos temporadas entrené a un equipo juvenil de futbol sala en Dalías y fue de peor a mejor, cayendo en semifinales del playoff contra el CD Vícar”.

Aún hubo más experiencias para Ángel, pues la temporada pasada “por primera vez dirigí a un equipo de categoría bebé en el Colegio Liceo Mediterráneo, con Luis Hernández de coordinador de Deportes”, siendo algo “totalmente distinto a todo lo que había hecho hasta entonces por la edad de los niños y la forma de llevar a cabo los entrenamientos, pero muy enriquecedor por el cariño de los chicos”.

Celeste una vez más

De cara al ejercicio 2010/21, “llegó la oferta del nuevo Poli Ejido y la acepté con mucha ilusión, porque me lo plantearon como un proyecto sólido de cantera. Me parece interesante el nacimiento de este club a nivel de base, sobre todo porque hay cantidad de niños que quieren, con toda su alma, jugar en competición federada y todos no caben en los equipos existentes”.

Parecido a lo que contaba anteriormente en los tiempos del Atómico Velázquez, “salvando las distancias”, dado que “la infraestructura no es la misma, en el Atómico teníamos una furgoneta y mucha ilusión, y este proyecto del Poli Ejido CF tiene varias personas en la directiva, coordinadores de fútbol sala, fútbol 7 y fútbol 11; muchos entrenadores y varios patrocinadores que ayudan enormemente al desarrollo de la actividad”.

Hallándose preparado para una nueva aventura, avanza que “el reto que se plantea este año es difícil desde antes de empezar, porque continuamos con la pandemia en estado puro y todo lo que implica, no se pueden hacer pruebas a los niños ni utilizar las instalaciones hasta que no esté el equipo formalizado debidamente en la Federación. Empezamos a trabajar con los medios que disponemos, con mucha ilusión, para que este proyecto salga delante de la mejor manera posible”.

Indudablemente, hay que tener “muchísimo cuidado y cumplir perfectamente el protocolo del Covid-19”, esperando que la campaña “vaya sin problemas serios, sobre todo con este tema”. A nivel deportivo, “el objetivo principal con el equipo juvenil es hacer un grupo homogéneo, donde los jugadores se diviertan, aprendan y hagan deporte, que es lo más importante y más en estas edades. A partir de ahí, si se puede subir de categoría será miel sobre hojuelas, pero no me obsesiona en absoluto”.