Los basureros de Facebook y otras redes sociales

Los basureros de Facebook y otras redes sociales

Algunos grupos de Facebook se han convertido en auténticos estercoleros donde muchos ciudadanos sueltan su odio y su bilis como si de cañones de artillería se tratase. Cuando se leen algunos mensajes no te queda más remedio que darle vueltas a la cabeza sobre la educación de la gente. Es fácil leer expresiones cargadas de rechazo, insultos y racismo, todo ello amparado en “la libertad de expresión” recogida y defendida por la Constitución Española y, además, con el agravante de que las ofensas solo pueden ser denunciadas por el ofendido, o sea, no se persiguen de oficio como otros delitos que atentan contra los derechos jurídicos de las personas.

Da igual, no pasa nada por insultar, acusar a quien sea, bien tenga culpa o sea inocente, el público de estos sitios interpretan las leyes como bien les viene en gana o si no se las inventan, el caso es tener razón para justificar la mala educación, los improperios y los ataques viscerales contra quien supuestamente es el culpable de algo, y si es cargo público, mejor ni hablar.

Luego, cuando en Tele 5 y otras televisiones privadas nos acusan de racistas y de otras cosas peores, ponemos el grito en el cielo y nos queremos comer a los autores de esos reportajes que nos dejan tan mal a los ojos de todos, pero muy pocos, por no decir nadie, muestran una actitud contraria que atisbe el mínimo interés por mejorar el comportamiento.

No estaría mal que las autoridades pudieran acotar este tipo de grupos y evitar la difusión de tanto odio acumulado, de tanta acusación infundada, racismo y xenofobia sin justificación alguna. No hay más injusticia que culpar a quien no tiene nada que ver con el hecho denunciado y si hay algo más bajo, es denunciar con leyes inexistentes ciertas culpas que solo está en la mente del supuesto “denunciante”.

Por otra parte, los responsables de esos grupos, si no son capaces de controlar los mensajes negativos y que rayan lo ilegal, debería de cerrarlos para no ser partícipe de algo tan sucio como es el enfrentamiento de la sociedad por el simple hecho de desahogar frustraciones y otros sentimientos negativos. Colaborar con la maldad no arregla nada. Hay quien confunde la reivindicación pública legítima y necesaria con el azote lingüístico sin sentido alguno.

Desgraciadamente en El Ejido tenemos algunos grupos de esa naturaleza y no creo que le hagan ningún favor a esta ciudad, más bien le hacen un daño irreparable. Es más, las personas que dejan correr su odio sin control, tampoco se hacen ningún favor, esos comportamientos se vuelve en contra de quien los tiene y parece que al estar en soledad con nuestro teléfono o nuestro ordenador en nuestra propia casa, nos sentimos protegidos y nos creemos con la libertad de decir cualquier cosa sin pensar que vamos a tener problemas con nada o con nadie. No es así, todo tiene su coste y lo peor de todo es que tanto daño es a cambio de nada.


José Antonio Gutiérrez