El
pasado 24 de febrero las tropas rusas invadieron Ucrania. Más allá de las
tensiones geopolíticas y los intereses de las grandes potencias, es la
población ucraniana la que sufre las consecuencias de este conflicto, que deja
ya centenares de muertos y cientos de miles de refugiados.
Ante esta situación, vecinos, administraciones y
asociaciones del Poniente almeriense han decidido actuar para ayudar en lo posible
a los afectados.
Es el caso de la Real y Muy Ilustre Hermandad de
Santísimo Cristo de la Luz, de Dalías, desde la que se ha organizado una
colecta solidaria con el pueblo ucraniano. Como en la mayoría de estos casos,
lo que más se pide son medicamentos, ropa y alimentos no perecederos, pero
también sacos de dormir, baterías, tiendas de campaña, pila, productos de
higiene personal... Cualquier cosa que pueda facilitar la vida de quienes huyen
de la guerra.

Sus puntos de recogida son la Farmacia Zabala, en la
Plaza del Ayuntamiento de Dalías, el supermercado Covirán de la Rambla de
Gracia y en la Casa de la Hermandad, en la misma calle, cerca del Consistorio
daliense. Los bienes recogidos serán enviados al centro de coordinación de
Cáritas en Almería, desde donde se mandarán a la zona de conflicto. Desde la
Hermandad señalan que esta colecta seguirá mientras se mantenga la situación.
En Adra, el Ayuntamiento también se ha sumado al
movimiento solidario, instalando un punto de recogida de productos de primera
necesidad en el Pasaje del Libro, en colaboración con el colectivo ucraniano en
el municipio.
Por su parte, el PSOE abderitano ha pedido al equipo
de gobierno en la ciudad “beneficios fiscales” para los refugiados. También
proponen la creación de un registro de personas que “manifiesten su voluntad de
acoger a ucranianos”, además de que exima del pago de tributos municipales a
las viviendas de quien acoja refugiados.
En el Consistorio de El Ejido han decidido aunar
esfuerzos con CEIPAIM, Cruz Roja y Cáritas para facilitar a sus vecinos
información sobre las formas más efectivas para ayudar a las víctimas de la
guerra.
Mientras, en Berja, será Protección Civil la
encargada de recoger mantas y ropa de abrigo para la población ucraniana.
Desde el Ayuntamiento de Balanegra ha puesto a
disposición de sus vecinos dos puntos de recogida de alimentos. Uno de ellos en
el propio Consistorio y otro en el supermercado Covirán de este municipio.
‘Vícar con Ucrania’ es el lema que ha elegido la
corporación vicaria para manifestar su solidaridad con este pueblo, con el
objetivo de recoger bienes de primera necesidad. Sus puntos de entrega son los
IES La Puebla y Villa de Vícar, contando para ello con la colaboración de las
AMPA Platón I y Cuatro Barrios.
Su alcalde, Antonio Bonilla, destacó que 61
ucranianos viven en su municipio. “Somos conscientes de la angustia y la
incertidumbre de estas personas que a 4.000 kilómetros tratan de encontrar la
forma más rápida de poder ayudar a sus familiares y amigos y de ahí todo nuestro
apoyo y solidaridad ”, manifestó.
Crisis humanitaria
Marta
Barayeva, vecina de Balanegra de origen ucraniano, colabora con la tienda
Cernova Kalina para mandar ayuda a la zona de conflicto. El establecimiento se
encuentra en el número 188 de la Carretera de Ronda, junto al antiguo hospital
de la Cruz Roja, en Almería capital.
Barayeva asegura a D-CERCA que “no me esperaba” la
reacción de sus vecinos, “ayudan un montón”. Esta balanegrense recuerda a su
familia, afincada en un pueblo cercano a la frontera con Polonia, al que cada
día acuden cientos de refugiados. “Llegan con miedo”, cuenta, “han perdido sus
casas y sus familias”.
Desde que comenzó la invasión, más de millón y medio
de refugiados ucranianos han huido a países como Polonia, Hungría, Rumanía o
Moldavia, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Más de
medio millón son niños.
La agencia para refugiados de la ONU, ACNUR,
advierte de que, si la invasión prosigue, podrían llegar a ser hasta cuatro
millones los refugiados huidos de Ucrania.
También advierten de que, dentro de las fonteras de
este país, habría 12 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria.
Según la ONU, 364 civiles ucranianos han muerto en el conflicto. El gobierno
ucraniano eleva la cifra hasta los 2.000.
La chispa de la guerra
Este
conflicto comenzó en 2014, cuando, tras una serie de protestas y la
intervención del ejército ruso, la península de Crimea pasó, de facto, a formar
parte de Rusia.
A esto siguieron graves enfrentamientos en las
ciudades ucranianas de Donetsk y Lugansk. Precisamente, previo a la invasión,
estas urbes se desligaron del resto de Ucrania. El reconocimiento de Putin a su
independencia fue la chispa que desató la guerra.
Francisco Lirola