Lo del Polideportivo El Ejido
o CD El Ejido 2012 o
como quiera denominarse
ya, empieza a oler muy
mal
No hay forma de disimular el
desastre deportivo, organizativo,
económico y la decadencia de la
institución en manos de Alejandro
Bouza y su director general, Javier
Fernández. En más de treinta años
que llevo siguiendo las competiciones
del primer equipo de El Ejido
en sus diversas categorías nunca
había perdido cinco partidos de
siete jugados y solo uno ganado en
liga oficial. La humillación que están
padeciendo los aficionados no
tiene límite. La desesperación en la
grada, cada vez más vacía, es constante;
el desánimo de los jugadores
se refleja en su incapacidad de ganar
ante una mermada afición que
se indigna, derrota tras derrota.
Escuchar a David Cabello es
lamentable después de cada partido.
Este entrenador ya ha demostrado
en El Ejido que es trabajador
y muy bueno en su trabajo. Cuando
ascendió el equipo a Segunda División
‘B’ los jugadores hacían un
juego brillante que les llevó a un
ascenso espectacular. Cabello es el
mismo, los jugadores son otros.
Por otra parte, escuchar al entrenador
quejarse del terreno de juego es
penoso. Parece que el único equipo
incapaz de ganar en Santo Domingo
es el propio Ejido, los demás lo
hacen semana tras semana consiguiendo
el triunfo, una y otra vez,
sin importarle mucho el estado del
terreno de juego que tanto afecta a
los celestes.
¿Por qué se ha llegado a esta
situación? El club está en manos de
un director general que ha mostrado
sobradamente su inutilidad y va
coleccionando “amigos” temporada
tras temporada. Todos lo señalan
a él hasta el punto de considerar
al empresario argentino una víctima
más de su gestión.
Las decisiones tomadas en el
pasado pesan mucho ahora. Cuando
llegó Bouza sobraba mucha
gente y unos se alejaron y otros
fueron “despedidos”. Vicente
Puertas no quiere saber nada de
fútbol, a Juan Medina lo echaron
de la junta directiva, al propio Ramón
Medina, cuya labor nunca fue
reconocida, también se le trató con
desprecio y así una larga lista de
nominados que tuvieron que darle
la espalda a este club por la soberbia
y la insolvencia de este presidente
guiado por su inútil director
general.
Hoy, Alejandro Bouza reclama
empuje a la afición y apoyo económico
de los empresarios locales.
Ni unos ni otros le responden porque
no ofrece nada. El mismo vacío
del palco de cada domingo es el
que aficionados y empresarios le hacen a él. Si la salvación de este
club depende de la ayuda que recaude
en el municipio y del apoyo
de los aficionados ya puede echar
el cierre y entregar las llaves en el
Ayuntamiento.
Por otra parte, un ejemplo de
malísima gestión es fomentar las
categorías inferiores para recaudar
dinero de los padres de los niños y
de las instituciones para una vez
que los jugadores ya están formados
se tengan que marchar del pueblo
a jugar a otros lugares como ya
hicieron Javilillo, Jesús Beas, Paquito,
Dani Cara, Alex Sánchez,
Rubén Gutiérrez y otros muchos
que ya no juegan. Para tener el
equipo en puestos de descenso y
perder la mayor parte de los partidos
podíamos tener a jugadores locales
criados en la cantera, al menos
vivirían con sus familias sin
generar gasto fuera de casa soportando
en soledad el fracaso constante
del equipo.
O Alejandro Bouza se va pronto
o no va a quedar de los Celestes
ni la memoria al paso que van. Lo
contrario sería una inyección económica
por parte del empresario
argentino que nadie espera porque
ni él mismo tiene confianza en su
club, solo basta ver cómo se está
llevando a cabo el proceso de conversión
del club a Sociedad Anónima
Deportiva. Lamentable.
José Antonio Gutiérrez