La asociación protectora Equinac denuncia el aumento de encuentros de tortugas marinas y delfines ahogados en la costa del Poniente almeriense, el último caso fue el del cadáver de un delfín listado (Stenella coeruleoalba) hallado en el municipio de Adra. El ejemplar, un macho de más de 1,80 metros de envergadura, tuvo que ser recogido por los servicios de limpieza municipales. Eva Morón, coordinadora de Equinac y la persona que atendió este varamiento asegura a D-CERCA que el animal presentaba "burbujas en el espiráculo", el orificio que los cetáceos utilizan para respirar, lo que sería una prueba de ahogamiento. 

En circunstancias similares el pasado 14 de noviembre se encontró el cuerpo de una tortuga marina boba (Caretta caretta) en el núcleo ejidense de Balerma, medía 1,50 metros de longitud y no estaba marcada ni llevaba microchip para su rastreo. El animal fue trasladado a las dependencias del Aquarium Costa de Almería en Roquetas de Mar donde se le realizó la necropsia, comprobando su deceso por ahogamiento. 

"Tenemos indicios en los últimos días de que puede estar ocurriendo una interacción con artes de pesca ilegales", aseguran los animalistas. Morón concreta para este medio que, solo un día antes de encontrar al ejemplar de Adra, se hallaron en la zona de Roquetas de Mar los cadáveres de una madre y cría de delfín flotando en alta mar. Los dos tenían marcas provocadas por redes en sus cuerpos. En esta misma área, a principios de este mes, dos jóvenes rescataron a una cría de delfín que había quedado atado a un cabo por su aleta caudal, que amenazaba con hundirlo al fondo del Mediterráneo. Este caso provocó la reacción de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, que inspeccionaron la zona de la piscifactoría de la pedanía de Aguadulce y retiraron varias nasas ilegales. Solo un día antes de este encuentro, los agentes de la Guardia Civil encontraron, también en este núcleo roquetero, el cuerpo sin vida y en avanzado estado de descomposición de otro delfín varado en la costa. El animal, de más de 1,80 metros de envergadura, estaba atado a un cabo con un peso. 

"La Guardia Civil hace un trabajo impresionante" asegura Morón, "pero la Junta de Andalucía y el Ministerio de Pesca no hacen nada". Por ello, instan a estas instituciones a reforzar las inspecciones en el sector, "sus barcos deben estar en la mar, vigilando que se cumplan las leyes". Desde la Comandancia de Almería explican que "es muy complicado identificar a quienes colocan las nasas", ya que estas, al ser de furtivos, carecen de cualquier tipo de marca que pueda indicar su procedencia. Por su parte, los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Benemérita son los encargados de retirar estas redes del fondo penal. Por ejemplo, en noviembre del año pasado intervinieron más de 70 nasas de una zona de posidonias, también en Aguadulce. 

Francisco Lirola