Recogen el cuerpo de una tortuga boba en Almerimar

Recogen el cuerpo de una tortuga boba en Almerimar

Desde Equinac han aprovechado para denunciar la gran cantidad de plásticos que temporal ha arrastrado a la playa

Esta mañana han recogido el cadáver de una totuga boba (caretta caretta) que ha aparecido en el núcleo ejidense de Almerimar. 

Como explican desde Equinac, asociación dedicada a la protección de cetáceos y tortugas marinas y encargados de atender este varamiento, se trataba de un ejemplar juvenil, de aproximadamente 30 centímetros de caparazón. "Se encontraba muy descompuesta", señalan los animalistas desde sus redes sociales, "y no presentaba microchip ni marcaje alguno". 

Una vez registrados todos los datos, ha sido la empresa municipal de limpieza la encargada de retirar el cuerpo del quelonio. Equinac ha querido agradecer a Avanza en Verde "por colaborar siempre con nosotros cada vez que se lo pedimos, en todos los varamientos en Almerimar, tanto de cetáceos como de tortugas marinas, vivos o muertos".

La asociación también ha aprovechado la situación para denunciar la gran cantidad de plásticos que el temporal ha arrojado desde el mar a la costa ejidense, incluido un arte de pesca "que, por fortuna, solo había atrapado a un tronco". y que también ha sido retirado. 

  

La caretta caretta, conocida popularmente como tortuga boba, es una especie marina que puede encontrarse en los océanos de todo el mundo. A pesar de ello, se encuentra en estado vulnerable de conservación, según la Unión Internacional para Conservación de la naturaleza, lo que significa que solo está a un paso del peligro de extinción. Las principales causas de su declive son las capturas accidentales y la pérdida de hábitats. El Mar Mediterráneo es uno de sus favoritos mientras se encuentran en etapa juvenil, aunque no es raro encontrar a adultos durante los meses de primavera y verano. 

Esta especie puede alcanzar un tamaño entre los 70 y 90 centímetros, como en el caso de un ejemplar varado en Roquetas de Mar el pasado verano, y llegar a superar los 200 kilos de peso. Son omnívoras, y las medusas son su presa principal, lo que las hace muy vulnerables a los restos de plástico vertidos en el mar, que confunden con su alimento. Tampoco es extraño que sean víctimas de las artes de pesca desechadas o furtivas, que pueden provocar su muerte por ahogamiento


Francisco Lirola

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