Alumnos de la Escuela
Municipal de Teatro de Roquetas de Mar representaron el sábado en el Teatro
Auditorio la obra ‘IA-2060. Siempre jóvenes’. Esta representación formaba parte
de la campaña de teatro solidario a favor de Manos Unidas Almería. El director
de la obra, Juan José Martín Uceda señaló que
“con iniciativas de este tipo se recaudó el curso pasado unos 35.000
euros. Y lo que es más importante se dio visibilidad a asociaciones como esta
que desempeñan una gran labor humanitaria”.
“Actualmente hay en la
Escuela Municipal de Teatro unos 250 alumnos repartidos en distintos grupos que
llevan a cabo unos 25 montajes anuales, 9 de ellos aquí en el Teatro Auditorio
y el resto en la Escuela Municipal de Música, Danza y Teatro del Parador. El
grupo que representa esta obra es de los más antiguos”, subrayó Martín Uceda. .
“De la obra ‘IA-2060.
Siempre jóvenes’. , decirles que la he escrito como homenaje a este grupo
y esta inspirada en la obra sueca que
lleva este nombre y la versión que de la misma hizo el grupo Tricicle . con la
única pretensión de que ustedes pasen un rato divertido. Y también como
homenaje a un genio del teatro y literatura como ha sido Antonio Gala cuya
muerte ha pasado desapercibida y su legado casi en el olvido, que al final de
la obra pueden ver un vídeo de lo que pensaba hace 32 años que iba a ser su
futuro, nuestro presente de ahora”, afirmó Martín Uceda.
La obra
2060 la inteligencia
artificial ha llegado al último rincón del planeta. La evolución humana ha involucionado, a base
de delegar sus tareas a la inteligencia artificial, la poca inteligencia
natural que quedaba en el planeta se ha ido degradando. Las grandes
multinacionales de Inteligencia Artificial, tras alcanzar a la autoconciencia
plena, gobiernan el planeta y convierten a los políticos en meros títeres de
sus intereses.
El teatro ha quedado
prohibido, la inteligencia artificial no puede procesar que una mentira encima
de un escenario se convierta en verdad el tiempo que dura la representación.
Quedan prohibidas las representaciones, la dañina imaginación y cualquier critica
que no esté debidamente procesada y programada por los algoritmos permitidos.
La música ha quedado
restringida a los gustos de una mayoría inculta e ignorante que solo entienden
la repetición de cuatro acordes acompañada con una voz lánguida. Los viejos
roqueros y los ya ancianos artistas han sido recluidos en residencias para no
poder transmitir sus canciones a las nuevas generaciones.
Las nuevas
generaciones no conocen lo que fue el teatro, ni la buena música. Los teatros y
auditorios se han reconvertido en residencias de ancianos donde artistas y
actores esperan “plácidamente el final de sus días”.
La acción se
desarrollaba en una de estas nuevas residencias, el Teatro Auditorio de
Roquetas de Mar en el año 2060. EL gerente y
cuidador es el robot 530p de nueva generación con procesador de doble
núcleo 130, encargado de controlar y sobre todo de que no difundan su
experiencia un grupo de ahora ancianos,
antiguos artistas que pasaron por este Teatro Auditorio.
Hay que reconocer que
la veteranía sobre las tablas se dejó patente el sábado en el Teatro Auditorio.
Por eso disfrutar de Francisco Caparrós es un lujo para el teatro aficionado,
que nada tiene que envidiar al llamado teatro profesional. Es un claro ejemplo
de profesionalidad y saber estar sobre las tablas, al igual que hicieron sus
compañeros de reparto Juani Mateu, Juanjo Gázquez, Tomás Martín, Concha
Andúgar, Francisco García, Toñi Rubio, José María Pajares, Salvador Berrocal y
Esperanza Ocharan.
La dirección y escenografía corrió a cargo de Juan José Martín Uceda, la
dirección técnica fue de Serafín Ponte Martín. En la iluminación estuvo José
Ignacio Abad García. Se contó con la colaboración audiovisual de Joaquín R.
Ojeda.