“Dos veces que he ido este año, dos veces que me han
robado”. Así sentencia para D-CERCA un usuario que prefiere mantener el
anonimato su experiencia atracando en el Puerto Pesquero de Adra, gestionado
por la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA).
“En el varadero no paran de
robar”, prosigue, “he estado una semana y me han robado dos defensas del barco
y un adaptador de corriente”.
“Yo estuve otra semana entera y
no me robaron nada”, comenta otra víctima que también se mantendrá anónima,
“pero porque estuve durmiendo en el barco”, algo que impiden las normas de las
instalaciones, “pero la gente entra como quiere” y estos marineros buscan
proteger sus embarcaciones.
Según explican a D-CERCA, las
naves más afectadas por estos robos son las que pasan largas temporadas
atracadas, “ahí es donde atacan”, y “las destrozan, arrancan las puertas y
roban todo lo que pueden, algunos los dejan completamente desmantelados".
Incluso se ha dado el caso de barcos incendiados en los muelles. Los rateros
también se lanzan a por todo lo que esté suelto en la cubierta, como herramientas
o accesorios.
“La organización deja mucho que
desear”, señala una de las víctimas de estos asaltos, “es un descontrol”,
apunta otra, y ambos piden que se dote a las instalaciones de mayor seguridad.
Desde la Guardia Civil apuntan
que la zona ya cuenta con una mayor vigilancia por su parte, y recuerdan a
quienes sufran estos delitos que siempre los denuncien.
Petaqueo
Junto a los ladrones, otro gremio ilícito, y además
de creación más reciente, también parece haberse instalado en el varadero
abderitano.
Se tratan de los petaqueros,
los surtidores de combustible a las narcolanchas que esperan en alta mar.
El pasado 24 de mayo, la
Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunció en sus redes sociales
la intervención de un camión con 3.000 litros de combustible repartido en 150
garrafas.
La ingente cantidad de
combustible volvió a las manos de su transportista, debido a la falta de medios
e instalaciones para transportar y almacenar este tipo de materiales, por lo
que la actuación se resolvió con una diligencia judicial ordenando al conductor
a no destruir ni utilizar la gasolina.
La AUGC denuncia que el cuerpo “ha perdido autoridad
y carece de herramientas para hacer frente al crimen organizado” en esta zona.
Francisco Lirola